La Hermandad de Los Javieres ha anunciado la reposición al culto de sus imágenes titulares, una vez finalizadas las obras de restauración en la Iglesia de Omnium Sanctorum, las cuales obligaron a la corporación a trasladarse temporalmente a la Parroquia de Santa Marina, sede de la Hermandad de la Resurrección, con la que mantienen un estrecho vínculo de fraternidad. La reapertura del templo tuvo lugar el pasado 24 de diciembre, y ahora la hermandad se prepara para el regreso de sus imágenes, aunque lo hará en un acto de carácter privado.
El traslado de los titulares se realizará en dos fases. En primer lugar, el próximo 11 de febrero, regresarán a su altar María Santísima de Gracia y Amparo, San Francisco Javier y María Inmaculada, poniendo fin a más de nueve meses de estancia en Santa Marina. La dolorosa y el apóstol fueron trasladados en mayo de 2024, en un acto lleno de recogimiento y simbolismo para la corporación.
Posteriormente, el 25 de febrero, será el turno del Santísimo Cristo de las Almas, que permanecerá expuesto a la veneración de los fieles durante toda la jornada, en el horario habitual de la parroquia. La imagen ha estado sometida a un proceso de restauración durante los últimos diez meses, a cargo de la conservadora Laura Pérez, quien ha trabajado en la consolidación estructural de la talla y en la eliminación de impurezas acumuladas con el tiempo. Esta intervención responde a los estudios previos realizados en la última década, que señalaban la necesidad de un tratamiento más profundo para garantizar su conservación.
Omnium Sanctorum recupera su actividad cofrade
Con este anuncio, Los Javieres se convierten en la primera de las dos hermandades penitenciales de Omnium Sanctorum en regresar a su sede tras las obras. Aunque eso sí, todavía está en el aire la posibilidad de que este 2025 sea el año en el que la cofradía salga por última vez de la Parroquia de la calle Feria antes de su traslado a la Iglesia de los Sagrados Corazones, germen jesuita de la hermandad.