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Un proyecto de unas 100 a 120 habitaciones, imagino con sus respectivos cuartos de baño en cada una de ellas, se cierne, como un buitre, sobre el magnifico Convento de Capuchinos de nuestra ciudad. Un edificio que se acabó de construir en 1634, que encierra una larga y dilatada historia.
El oscurantismo impera en este citado proyecto, que ha sido fraguado a espalda de la Comunidad Capuchina de Sanlúcar y que ha promovido el anterior guardián del citado cenobio franciscano. Bajo el paraguas de construir una residencia espiritual para la celebración de retiros y convivencias para el movimiento religioso Emaús, se quiere llevar a cabo un auténtico atentado contra el patrimonio artístico – histórico de nuestra querida ciudad.
El pasado Viernes de Dolores hubo una reunión, en la cual los promotores del citado proyecto, se entrevistaron con el actual superior del convento, Fray José de Sanlúcar. El citado fraile sanluqueño, no daba crédito cuando le explicaron, con los planos encima de la mesa, lo que se pretendía hacer con un edificio del siglo XVII, catalogado de Bien de Interés Cultural y cuya protección es integral.
Por cierto, dichos interesados no le dejaron ninguna copia del proyecto al superior, para que éste lo pudiera enseñar y explicar a los sanluqueños. Tanto el actual guardián como el grupo de defensores del convento, estamos intentando tener acceso al proyecto en cuestión.
La aparición de un cartel pegado en la fachada del convento, que alguien colocó de manera anónima, alertaba de la aberración que quieren llevar a cabo en el convento de capuchinos. El autor o autora de dicho cartel, estaba muy bien informado de todo lo que se estaba cociendo, desde hace varios años, a espalda de la comunidad sanluqueña y su escrito era una petición desesperada de ayuda a la ciudadanía, para que ésta tomara conciencia de los intereses especulativos que el anterior superior y una empresa, cuyo nombre desconozco personalmente, quieren perpetrar en el edificio con la peregrina idea de acoger al movimiento cristiano Emaús.
No tengo nada en contra del citado movimiento religioso vinculado a la Iglesia Católica, ni nuestra lucha va encaminada a calumniar, despreciar, difamar o atacar la buena labor que llevan a cabo los miembros de dicho movimiento religioso. La defensa por la integridad y la conservación del convento de capuchinos es lo que nos mueve.
Nuestro fin es librar que las garras de la especulación y del negocio, destruyan nuestra historia y patrimonio. Por todo ello, un grupo de sanluqueños hemos decido implicarnos en esta cuestión, estando dispuestos a luchar para que el Convento de Capuchinos siga siendo un lugar emblemático de la vida religiosa y social de Sanlúcar.
El Convento de Capuchinos cuenta con un buen terreno en el cual se podría construir sin problemas una buena casa de espiritualidad, sin dañar para nada al edificio artístico. En dicho terreno se puede levantar, si hay buena voluntad de verdad, -de conservar el convento-, una hospedería moderna u hotel, con las comodidades de hoy en día, que sirviera, no ya solamente para retiros espirituales, sino incluso para celebrar congresos de todo tipo, seminarios, simposios y un largo etcétera. Incluso para disfrute también de todos los capuchinos de España en celebración de capítulo de elecciones, jornadas de estudios…
Una construcción que para nada dañaría el edificio histórico, que podría explotar la empresa interesada, otorgando un porcentaje de las ganancias a la Comunidad de Capuchina con la que ésta se autofinanciara. Para salvar la supuesta mal economía del convento y su futuro, no hace falta destrozarlo, que es lo que se pretende con esta iniciativa que tiene todos los visos de puro negocio especulativo.
El principal problema del Convento de Capuchinos, es el mismo de todos los de España: la falta de vocaciones. Tenemos una prueba constatada en el abandonado monasterio de las Carmelitas Descalzas, que desde que la Comunidad abandonara Sanlúcar está dejada de la mano de Dios. Un convento que atesoraba el famoso Códice de San Juan de la Cruz y que ahora se encuentra en Úbeda. A saber cuantas más cosas de valor histórico y religioso habrán salido del citado convento. Un edificio que si no se le pone remedio pronto, empezará a deteriorarse y lo perderemos para siempre.
Desde hace unos años, las distintas Provincias Capuchinas de España, excepto la de Cataluña (ojo que el sentido de provincia en este caso no es el mismo que la división geográfica de España) se unieron todas ellas para de esa manera sobrevivir a la falta de vocaciones. Afortunadamente en otras partes de España no hay la carencia de nuevos aspirante a Capuchino, de ahí que en algunos Seminarios se cuenta con jóvenes dispuesto a abrazar la vida franciscana.
Digo todo esto en la posibilidad de que en el futuro puedan llegar a Sanlúcar Capuchinos de otras partes de España y, de alguna manera, mitigar la falta de frailes que mantengan abierto nuestro convento. Pienso que llegará el momento en que los Franciscanos y Capuchinos, conformen una misma orden, no en vano son todos seguidores de san Francisco de Asís.
También puede llegar el momento en que otras comunidades vayan ocupando el lugar que han ido dejando otras órdenes, como ya está ocurriendo en algunos lugares. Todo ello sin la necesidad de destruir un Convento para, supuestamente, albergar en él a un movimiento como el de Emaús. Por cierto, dicho movimiento oficialmente no se ha pronunciado sobre sí todo este tema les conciernen o no, hasta el momento dan la callada por respuesta y deberían ser los primeros interesados en desligarse del proyecto que se quiere llevar a cabo.
Fundación del Convento de Capuchinos
Nos cuenta el historiador Juan Pedro Velázquez Gaztelu que “en el año 1630 se halló sumamente agravado el Excelentísimo Señor Don Manuel VIII Duque de Medina Sidonia, de una penosa enfermedad, que lo puso en los umbrales de la muerte…”
Como gran devoto de San Antonio de Padua se encomendó al santo y le prometió fundar un convento de religiosos capuchinos si recuperaba la salud.
“En el año 1634, quedó terminada la Casa, y también la Iglesia Conventual y se colocó en ella el Santísimo Sacramento el Día de San Francisco, el 4 de octubre”.
No tengo más espacio para ahondar más en la construcción y fundación del Convento. Lo dejaré para otra ocasión. Por todo lo dicho anteriormente: ¡El Convento de Capuchinos no se toca Antes de terminar, y como a pesar de este tema tan desagradable la vida conventual no se para, quiero recordar que este sábado, día 24 de mayo, a las 19.30 horas, saldrá en Procesión la Divina Pastora de las Almas. La parte musical estará a cargo de la Banda de Música Julián Cerdán. Su recorrido será: Plaza de Capuchinos, Cuesta de su mismo nombre, Plaza Divina Pastora, calle Banda Playa, pasando por delante del Hotel Casa de Arizón y regresando por la Calle Divina Pastora hasta su recogida en el Convento de Capuchinos. Todos los sanluqueños están invitados a acudir a ver a la preciosa Imagen de la Divina Zagala, a disfrutar de una jornada mariana en este mes de mayo y a pedirle a la Virgen y a su divino pastorcito para que nuestro Convento no sea destruido por el afán especulativo de los que pretenden destrozarlo.
P.D. Todos los interesados en defender el Convento de Capuchinos de las garras de la especulación pueden unirse al grupo de Facebook: Defensores del Convento de Capuchinos, en ese grupo encontrarán toda la información sobre este tema. También pueden firmar, de manera totalmente gratis, en la Plataforma Change.org, para ello buscar “Salvemos el Convento de Capuchinos de Sanlúcar de Barrameda”. En el momento de escribir este artículo, tenemos contabilizadas 201 firmas.