Cuaderno de verano (II)

1.- ¿Podemos? Pasen, pasen.. Me cuentan en Madrid, donde he pasado unos días de vacaciones, que las televisiones miran con lupa en sus programas la presencia de Pablo Iglesias. No es para menos. La participación o no del líder de Podemos en debates televisivos puede conllevar que el proyecto político sea flor de un día o que se instale en los próximos años entre nosotros. A Iglesias cuando menos hay que reconocerle un discurso ágil, documentado, cercano a la calle. Y la peña lo agradece, tan escasos como estamos de políticos de oratoria notable. Una de dos: o Iglesias es muy listo       -que creo que sí-, o tiene un equipo eficaz que le guía los pasos en la tele. O las dos cosas a la vez. Hay que seguirle, escuchar sus palabras con atención, analizar su actos con detenimiento. Su apoyo a los presos de la ETA y sus guiños a Venezuela presuponen una trayectoria que puede ser movidita. No faltan los que dicen que el profesor de la coleta es un líder con solvencia intelectual, tampoco los que opinan que es un advenedizo con aires de estadista. De momento , el debate, la polémica, está en la calle, ¿política seria o bluff de verano ?Por ahora han pedido permiso y les hemos dado asiento como buenos vecinos. ¿Podemos?, nos han preguntado con educación; pasen, pasen… El tiempo dirá.
2.-Olvido Hormigos: lo que va de ayer a hoy. Ustedes recordarán el tema: esta mujer, ex concejal de Los Yébenes (Toledo ), madre de familia y esposa abnegada, le mandó un video erótico a un amante. Lo hizo ella, solita, - el matiz  hay que tenerlo en cuenta-, pero parece que la travesura llevaba la firma de mi vecino del quinto.
Recuerdo que cuando se destapó el asunto saltaron a la arena moralistas, asalariados de partido y líderes de carné que decían que la Hormigos era victima un país machista, insolidario y cutre. Pues, hale, ahí tienen a la victima, a la perdedora, a la ultrajada Hormigos enseñando ayer caderas en una revista y hoy barriguita pre-mamá en un diario presuntamente serio. Con razón decía el maestro Cela que las victimas nunca pierden.
La estrella rutilante de Los Yébenes confiesa que quiere volver a dar clases -¿?-, recuperar a su familia y alejarse de la televisión. Lo que no llega decir es si entre sus planes más inmediatos está también solicitar entrada en un convento de clausura. Me temo que no. A esta Demi Moore española -je, je- la veremos un día como presentadora en un consultorio sexual de madrugada, en una obra teatral sin guión o en una peli de bajo presupuesto, que se dice ahora. Tranquilos: todo se andará.