El hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva ha realizado por primera vez en Andalucía una nueva técnica para el tratamiento de pacientes con hipertensión pulmonar tromboembólica crónica no subsidiarios de intervención quirúrgica, una patología poco frecuente aunque muy invalidante.
La Unidad de Hemodinámica del centro hospitalario ha llevado este lunes a cabo con éxito la primera angioplastia en pacientes con hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. En concreto, han realizado la segunda parte de este procedimiento --denominado angioplastia pulmonar-- en un paciente tras realizar este verano la primera.
Desde el centro hospitalario han recordado que este nuevo procedimiento se enmarca en "su afán por seguir a la vanguardia en la incorporación de las técnicas más innovadoras para la mejora de la calidad de vida de los onubenses", según ha informado el hospital en una nota de prensa.
Para comenzar esta experiencia, los facultativos del Juan Ramón Jiménez han contado con la colaboración de especialistas del Hospital 12 de Octubre de Madrid, uno de los centros más reconocidos a nivel nacional e internacional en la realización de estos procedimientos, hasta ahora extendidos a otros tres centros hospitalarios del país.
La angioplastia pulmonar ha supuesto un avance "muy importante" en el tratamiento de aquellos pacientes que no son candidatos a la cirugía y para los que hasta hace poco tiempo no se contaba con ninguna opción terapéutica más allá del tratamiento farmacológico de larga duración, no exento de otros efectos secundarios. Con este procedimiento, que es realizado en varias sesiones, los pacientes reducen considerablemente la necesidad de medicamentos, mejoran la capacidad física y, en definitiva, su calidad de vida.
La enfermedad tromboembólica es una patología caracterizada por la formación de coágulos en las venas del cuerpo humano, sobre todo en los miembros inferiores. Se ha demostrado que un 90 por ciento de las embolias de pulmón, --bloqueos de arterias pulmonares--, son originadas por trombos venosos procedentes de estos miembros, siendo fundamental que los pacientes tengan tratamiento anticoagulante para su eliminación, ya que cerca del 20 al 25 por ciento de las trombosis de las pantorrillas pueden manifestar una embolia de pulmón.
La hipertensión pulmonar tromboembólica crónica es la elevación de la presión en las arterias del pulmón motivada por una obstrucción con coágulos después de haber sufrido un episodio de embolia pulmonar. Los síntomas más frecuentes que produce son disnea (falta de aire) habitualmente con el ejercicio, dolor en el pecho y en algunas ocasiones puede llegar al síncope (pérdida de conocimiento).
Con el paso del tiempo este aumento de presión de la sangre a nivel de la arteria pulmonar puede producir un fracaso del corazón, manifestando síntomas de insuficiencia cardiaca graves como edemas generalizados, debilidad o cansancio, por lo que resulta muy invalidante.
Se trata de una enfermedad poco frecuente aunque también infradiagnosticada, presentando esta casuística de 17 a 21 pacientes por millón de habitantes en Europa. En España se diagnostican 8,4 casos por millón de habitantes, con un crecimiento sostenido en los últimos años debido fundamentalmente a la mejora de las técnicas de diagnóstico con las que cuentan los especialistas.
El tratamiento de elección en la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica es, en la mayoría de los casos, la realización de una intervención quirúrgica para extraer el coágulo adherido a la pared de las arterias pulmonares principales.
Se trata de una intervención compleja, realizada por cirujanos cardiacos, que sólo puede realizarse cuando la afectación es en las arterias principales. Sin embargo, los pacientes con afectación más periférica, es decir, en los cuales en coágulo se encuentra alojado en las arterias más pequeñas a nivel pulmonar, no pueden ser intervenidos mediante esta técnica, por lo que quedan a expensas de tratamiento médico.
Afortunadamente, en los últimos años se ha desarrollado una nueva técnica, la angioplastia pulmonar, para tratar a este reducido grupo de pacientes con afectación periférica (arterias más pequeñas), así como a aquellos otros en los que la cirugía cardiaca está desaconsejada por el riesgo que conllevaría por la edad u otras patologías asociadas. Este procedimiento permite, mediante un cateterismo, dilatar las arterias pulmonares para romper los trombos con un balón que se infla a su paso por las mismas, permitiendo así que la sangre circule mejor, reduciendo la presión arterial pulmonar.
En el adecuado tratamiento de esta patología resulta fundamental el abordaje multidisciplinar del paciente, en el que se encuentran implicados los profesionales de la Unidad de Hemodinámica, la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y el Grupo de Hipertensión Pulmonar, en los que participan cardiólogos, neumólogos e internistas del centro hospitalario.
Esta nueva técnica realizada en la Unidad de Cardiología del Hospital Juan Ramón Jiménez se suma a otras actuaciones que ha venido desarrollando el centro hospitalario en el último año que beneficiará a pacientes de diversas patologías y en particular a los cardiológicos, como son, la puesta en marcha de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca, el Hospital de Día Médico o la futura nueva Unidad de Cuidados Intermedios, para la mejora de la capacidad de resolución de las patologías de los onubenses.