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Álvaro Uribe acapara el protagonismo y Lula salva la integración

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, acaparó el protagonismo de la Cumbre de Unasur, en la que el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva logró salvar el modelo de integración pero no frenar las divisiones internas que sacuden a la región, potenciadas por el acuerdo militar entre Colombia y EEUU.

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El presidente colombiano, Álvaro Uribe, acaparó el protagonismo de la Cumbre de Unasur, en la que el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva logró salvar el modelo de integración pero no frenar las divisiones internas que sacuden a la región, potenciadas por el acuerdo militar entre Colombia y EEUU.

El pacto, que permite a Estados Unidos utilizar bases colombianas, ha provocado una crisis regional que ha acentuado los viejos conflictos bilaterales, especialmente entre los países andinos.

Los socios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) no lograron avances sustanciales, pero al menos consensuaron un documento de mínimos que mantiene vivo el proceso de integración y avanzaron en la consolidación del Consejo de Defensa de la Unasur, un organismo impulsado por Lula que no es precisamente bien visto por Estados Unidos.

Será el Consejo de Defensa el encargado de diseñar una estrategia para garantizar la soberanía y la estabilidad de la región en una reunión convocada para el próximo septiembre.

Brasil, respaldado por Argentina, había desarrollado una intensa actividad diplomática en los últimos días para garantizar que la Cumbre celebrada en la ciudad argentina de Bariloche no terminara en un fiasco como ocurrió a principios de mes en Quito.

Lula telefoneó incluso la pasada semana al presidente Barack Obama para invitarle a un próximo encuentro aunque, según reconoció él mismo ayer, no tuvo respuesta positiva del inquilino de la Casa Blanca.

Sus intentos por evitar que las aguas se salieran de su cauce incluyeron una reunión a contrarreloj, previa a la Cumbre, con el venezolano Hugo Chávez, el más beligerante contra el acuerdo de Colombia y EEUU, para tratar de convencerle de que bajara el nivel de sus críticas y colaborara en la salvaguarda de la integración regional.

Logró sólo parcialmente sus propósitos. La Cumbre empezó en un tono tenso pero correcto y se fue complicando con ataques directos entre los presidentes durante siete horas de debate.

Tampoco logró que el colombiano Álvaro Uribe respondiera a las insistentes peticiones de sus socios de Unasur para que presentara el acuerdo cerrado con Obama, ni consiguió que atendiera a su pedido explícito de “garantías jurídicas” de que el pacto no afectará la estabilidad de la región.

Visiblemente molesto por la decisión, adoptada a petición de Uribe, de transmitir los debates en directo, el líder brasileño terminó por perder los papeles y enfrentarse al ecuatoriano Rafael Correa, presidente de turno de la Unasur.

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