Escribía nuestro Príncipe de Asturias de las Letras en uno de sus artículos, Antonio Muñoz Molina, que en la sociedad actual prima el“free”, de gratuidad frente al “free” de liberta. Un “freedom” que inmortalizó George Michael con su pegadizo éxito de los 90 que debe estar sujeto a nuestro sistema jurídico. Una triste máxima que la era digital esta volviendo exponencial, con un incremento inadmisible en la piratería y una continua consideración sobre los derechos de autor que tantos años han protegido a los creadores y autores, justa remuneración de su talento y creatividad, de su trabajo a disposición de todos.
Y es que como bien escribiera Muñoz Molina, no hay verdadero periodismo sin libertad. La libertad de prensa sigue siendo indispensable para el sustento de nuestro Estado de Derecho. Junto con la libertad de prensa, la libertad de expresión se confiere como un derecho fundamental recogido en la Declaración Internacional de los derechos humanos. Dónde acaba la libertad de expresión y donde comienza un delito, le compete exclusivamente al poder judicial. Es bueno recordarlo en estos momentos en que la separación de poderes que avala nuestro sistema democrático está rodeada de una insoportable neblina.
Las jornadas de violencia y disturbios que hemos vivido en estos últimos días por la detención de Hasel tras el dictamen de la Audiencia Nacional, son una prueba más de la confusión existente sobre derechos y libertades. Dejando a un lado los gustos musicales, y las posiciones subjetivas, lo claro es, que el músico ha sido condenado por no cumplir la legislación vigente. Que el portavoz de unidas podemos haya alentado a las manifestaciones, en pleno estado de alarma, es una irresponsabilidad y un ataque directo a nuestro sistema democrático. Habría que analizar qué consecuencias jurídicas pueda tener que el mismo gobierno que impone toque de queda aliente a los disturbios callejeros.
El bochorno no terminó esta semana con el tuit de Echenique, el presidente de la formación morada subió a la tribuna para atacar a la libertad de prensa, “el cuarto poder”, la censura del gobierno, convirtiendo su intervención en una de las más vergonzosas de Unidas Podemos. Todos los populismos lo intentan, amordazar a la prensa para no desmontar su mundo imaginario. Controlar a los medios para controlar a los ciudadanos.
La Declaración de Principios de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información hace referencia a la importancia del derecho a la libertad de expresión para la "sociedad de la información”, y es trabajo de todos los demócratas ayudar a que continúe existiendo ese ecosistema plural y amplio de medios, de cabeceras, de periodistas, de editoriales para conseguir una sociedad con la capacidad crítica suficiente para decidir si Hasel, es un héroe encarcelado, o un ciudadanos que nos enseña como la cárcel puede ser sinónimo de libertad, y que representa a nuestro sistema de gobierno que acordamos hace 40 años.