La Universidad de Sevilla (US) ha decidido talar 36 olmos de los jardines de Reina Mercedes por su "peor estado", que puede suponer un "riesgo para la seguridad de las personas", en una actuación que busca "mejorar" la zona verde de este campus universitario, uno de los más antiguos de la institución. Tras la retirada, los ejemplares serán sustituidos "inmediatamente" por otros 36 nuevos de otras especies.
El apeo se está haciendo en estas fechas para interferir lo menos posible en la actividad académica. Los jardines son una zona de "continuo tránsito" de estudiantes, profesores y personal de administración y servicios ya que en Reina Mercedes hay ocho facultades y escuelas (Informática, Física, Matemáticas, Química, Biología, Farmacia, Arquitectura e Ingeniería de Edificación), además del Instituto de Idiomas y el Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI).
La Dirección General del Espacio Universitario, a través del Servicio de Mantenimiento, ha planteado medidas para la mejora de los jardines que ocupan la parte central del campus. Tras una "evaluación del riesgo y diagnóstico de la vitalidad de los olmos", se ha decidido proceder al apeo de 36 de ellos.
"En este proceso se elimina toda la parte áerea del árbol, así como los tocones, para aprovechar el hueco que quede como hoyo de plantación del ejemplar que se vaya a colocar en su lugar", detallan las citadas fuentes. De hecho, la sustitución se hará "inmediatamente después del apeo, de modo que exista una continuidad entre el apeo y la colocación de un nuevo árbol", apostillan desde la US.
En el resto del jardín, el Servicio de Mantenimiento propone "vigilar" 43 árboles aunque "no presentan un riesgo inminente para la seguridad de las personas". Otros 27 tienen "menos problemas, aunque hay que hacerles un seguimiento continuo" y en catorce alcorques vacíos se plantarán nuevas especies.
En total, la US plantarán 50 nuevos árboles (los 36 olmos apeados y los catorce alcorques vacíos) de las siguientes especies: 20 ejemplares de Stypholobium japonicum, otros 20 de Catalpa bignonioides y diez ejemplares de Cercis siliquastrum. La elección de estas especies se ha hecho "en consonancia con características como su adaptabilidad al entorno y la observación previa del buen desarrollo y crecimiento en entornos similares".