Un grupo de familiares de víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista ha visitado este viernes la fosa común de Pico Reja del cementerio hispalense de San Fernando, donde descansarían los restos de 1.103 personas represaliadas por las tropas sublevadas desde el comienzo del golpe de Estado de julio de 1936, una fosa que desde enero de 2020 está siendo excavada por la empresa Aranzadi Sociedad de Ciencias por encargo del Ayuntamiento de Sevilla.
Durante la visita, cursada por unos 20 familiares de víctimas de la Guerra Civil y la posterior represión de la dictadura franquista, una de estas personas ha explicado a Europa Press que la citada fosa cuenta con una programación de visitas guiadas "una vez a la semana", en la que se encuadra este encuentro.
Tras ver en primera persona el avance de los trabajos de exhumación, los familiares han quedado "horrorizados ante la cantidad de cuerpos" que acoge la fosa de Pico Reja "y los que quedan" por rescatar, según ha explicado este hombre, recordando que en Andalucía hay pendientes de investigar unas "600 fosas" que podrían contener los restos de hasta "40.000" personas. "Hay que ponerse ya a abrir definitivamente todas las fosas. Sería un gesto definitivo de paz y concordia para este país", ha manifestado este activista por la recuperación de la memoria histórica y democrática".
El cortejo genético
El pasado mes de julio de 2021, recordémoslo, el equipo de especialistas que dirige la excavación de la fosa de Pico Reja depositaba en el Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada 202 nuevas muestras óseas de restos humanos de dicha fosa, para su identificación a través del cruce del ADN extraído del hueso con las muestras biológicas tomadas en su día a familiares de represaliados.
El traslado de estas muestras genéticas, que habría contado con la participación del antropólogo Juan Manuel Guijo y el arqueólogo Jesús Román en nombre del equipo técnico encargado de las excavaciones, constituyó el segundo gran envío de muestras desde que en enero de 2020 comenzase la excavación, pues ese año ya fueron entregadas 160 muestras óseas al Departamento de Medicina Legal y Antropología Física de la Universidad de Granada.
El objetivo era que se realizase un siguiente envío de muestras a finales de ese año y mantener una periodicidad semestral. Los trabajos previos coordinados por el Ayuntamiento hispalense habían permitido previamente contar con en torno a 400 muestras genéticas de familiares para realizar la identificación genética.
Las muestras genéticas
Para este cotejo, los técnicos de Aranzadi seleccionan muestras de unos diez centímetros de los huesos mayores del esqueleto apendicular en mejor estado y los introducen en sobres de papel sellados, lacrados e identificados con una serie de números y letras que se corresponden con los datos de exhumación del cuerpo.
Conforme vayan surgiendo correspondencias efectivas (o positivas) entre el ADN de los restos óseos del represaliado y la muestra biológica tomada al familiar, la administración competente trasladará el resultado de forma totalmente privada a la familia, abriéndose entonces otro procedimiento para la entrega del cuerpo en caso de identificación.
Recuperados restos de 520 presumibles represaliados
Hasta el pasado mes de julio de 2021, el equipo de la empresa Aranzadi Sociedad de Ciencias, a la que el Ayuntamiento tiene encomendada la excavación de la fosa de Pico Reja, había localizado los restos de 520 personas con indicios claros de violencia como roturas perimortem, ataduras en las muñecas y orificios de proyectiles.
De acuerdo con los hallazgos durante las investigaciones, los enterramientos sin control con cuerpos arrojados sin ningún tipo de respeto y en unas posiciones inverosímiles en esta fosa continuaron después del año 1936, situación que no estaba contemplada en los estudios y trabajos previos. Concretamente, se siguieron produciendo en los años 40 del pasado siglo usando esta misma fosa común y el mismo espacio
En ese sentido, recordemos que entre las víctimas enterradas en la fosa de Pico Reja figurarían miembros de la corporación municipal hispalense de la época, algunos alcaldes de la zona e incluso diputados. Podría ser, de hecho, la fosa donde descansarían los restos de Blas Infante, ejecutado precisamente en agosto de 1936 y declarado como Padre de la Patria Andaluza.