La
planta de Montemarta-Cónica, que gestiona
Aborgase en
prórroga forzosa desde 2019, cuenta con una
línea específica de tratamiento de biorresiduos y será la que deberá asumir los residuos orgánicos que les lleguen de los
proyectos de una treintena de municipios que han recibido ayudas de la Junta de Andalucía, procedentes de los Next Generation, para implantar la recogida selectiva de este tipo de basura, aunque los últimos datos oficiales del
Ministerio para la Transición Ecológica ponen en evidencia que el
porcentaje de recuperación de las instalaciones está en el
68% mientras que
un 32% de esa basura
termina siendo enterrada en los vertederos que la empresa posee en su finca de Alcalá de Guadaíra y que pretende
ampliar.
Según la
Memoria anual de generación y gestión de residuos de competencia municipal 2020, emitida por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd), el
Centro Integral de Tratamiento de Montemarta-Cónica recibió en sus
instalaciones de compostaje 1.724 toneladas de estos biorresiduos, de los que se consiguieron
vender 235 toneladas de compost, mientras que
terminaron enterradas en vertedero 550 toneladas de biorresiduos.
Es decir, de las toneladas de biorresiduos recibidas separadamente,
de las cien mil que Aborgase reconoce en total que le llegan de este tipo de residuos a sus intalaciones, se consiguió recuperar un 68% pero aún se llevaron a vertedero casi el 32%.
En octubre del año
2022, Aborgase hizo público, a través de su empresa
GSA Servicios Ambientales, el inicio del
proyecto CompoRise, que pretende acelerar el
proceso de compostaje de los biorresiduos a partir de
microorganismos, con una estimación de puesta en marcha de
seis años y con la vista puesta en poder tratar
60.000 toneladas de este tipo de residuos
al año.
El proyecto incluye una
fase inicial, en la que actualmente se encuentra, que invertirá en los próximos
dos años entre 300.000 y 500.000 euros en un
programa piloto para validar el proceso de producción y generar una cantidad suficiente como para iniciar la
comercialización del compost resultante.
La nueva planta, a futuro
Sin definir aún, puesto que
su implantación sería escalonada, la
segunda fase ya sí implicaría una inversión considerable, de entre
2 a 5 millones de euros, para
aplicar el modelo de producción y validar la tecnología con la c
onstrucción de una nueva planta, lo que les llevaría
entre dos y cuatro años más.
A partir de ese
teórico séptimo año y siempre que la
rentabilidad económica así lo permitiese, puesto que la empresa reconoce
no hay un escenario concreto con el que hacer un estimación de negocio, se implantará como
línea de producción específica.
Mientras se define el proyecto CompoRise y se construye la nueva planta,
Aborgase tendrá que continuar gestionando los biorresiduos en su línea actual que, según sus datos, tiene una capacidad nominal de tratamiento de
540.000 toneladas al año tras la ampliación en el año 2011 de cuatro a seis las líneas de proceso, aunque
el nivel de recuperación, incluso para el material que les llega sin resto, es decir, recogido de forma selectiva,
no alcanza el 70%.
Recuperación en la planta
Los datos de la
Memoria del Miterd de 2020, los últimos conocidos oficialmente, sitúan la recogida de biorresiduos en Montemarta-Cónica en unos niveles altos en comparación con el
resto de residuos que son tratados en la planta de Alcalá de Guadaíra, aunque los
plásticos, que llegan en parte separados gracias a los contenedores amarillos, el
porcentaje es similar.
Así, en la planta de tratamiento de
envases ligeros, a Aborgase llegan
13.966,80 toneladas de envases mezclados, de los que son
recuperados 8.945 toneladas, es decir, el 64%. De ahí se recuperan 828,5 toneladas de metales (5,93%); 4.935,9 de plásticos (35,34%) y 1.083,3 de compuestos (7,75%), mientras que
terminan arrojándose a vertedero 5.021,8 toneladas, es decir, el 35,95% de lo que llega a la planta.
Donde se hace más evidente el
nivel bajo de recuperación es en la
planta de triaje y residuos mezclados. Según el Miterd, de los residuos que llegan en masa a Aborgase, que en 2020 se elevaron hasta los
470.825,01 toneladas, sólo se recuperaron 5.087,24 toneladas, lo que supone un escasísimo 1,08%, y de todos esos residuos, terminaron finalmente siendo enterrados
en vertedero el 67,28%, es decir, 316.773,36 toneladas.
De esos residuos, 2.067,82 toneladas correspondían a
metales (0,44%); 1.077,68 toneladas a
plásticos (0,23%); apenas 22,64 toneladas fueron de
papel/cartón y 45,68 a
compuestos; mientras que otros materiales supusieron el 0,4%, con 1.873 toneladas. Los
metales bioestabilizados sí que alcanzaron un 2,3%, con 10.818,6 toneladas.
El Miterd también recoge que en 2020, en el Centro de tratamiento de residuos sólidos urbanos de Montemarta-Cónica, en el
vertedero se depositaron
105.315,08 toneladas de recogida mezcla,
145.468,76 toneladas de
otros residuos y
371.080,6 toneladas de rechazo, es decir, de los residuos que son tratados en la planta pero que terminan tirándose a vertedero, tres veces más que los que proceden de mezcla y dos veces más de los que proceden de otros residuos.
Según los datos de ese informe,
en la planta son tratadas 468.515,8 toneladas de las 668.000 que Aborgase reconocía en su Memoria de Sostenibilidad que le llegaron en el año 2020.
Ecologistas pide información a la empresa
Ecologistas en Acción, que ya consideró muy
grave el informe de fiscalización sobre la
Mancomunidad de Los Alcores, constituida por seis
municipios para gestionar sus residuos sólidos urbanos pero que al final asume los de 42 localidades de toda la provincia de Sevilla, ha anunciado que
ha pedido a Aborgase formalmente información sobre el tratamiento de los residuos y los niveles de recuperación de la planta de Montemarta-Cónica.
Así, según ha confirmado desde Ecologistas Leticia Baselga, se ha remitido a Aborgase una
carta, con copia a los ayuntamientos de El Viso y Alcalá de Guadaíra, además de a la Junta de Andalucía, reclamando información sobre los
procesos de tratamiento de los residuos sólidos urbanos en la planta de Montemarta-Cónica, cuestionando que se otorguen estas ayudas para
implantar la recogida de biorresiduos “si se va a seguir compostando como siempre”.
En este sentido también se ha pronunciado
Francisco Peula, de la ONG Rethinking, quien ha considerado que habrá que
aclarar si Aborgase “está preparada” para asumir esos biorresiduos, si serán tratados con la
línea “específica que impida que no se mezclen con el resto de residuos”, y, sobre todo, si el
nuevo impuesto a vertedero se repercutirá en el coste del servicio y si lo pagarán finalmente los ciudadanos.