Apagones y subida del agua, los "Barrios hartos" dicen que "no pueden aguantar más"
Que sea la industria turística la que más pague, en vez de las familias trabajadorasSevilla, 28 sep (EFE).- La plataforma Barrios hartos, que agrupa a vecinos de numerosas barriadas de la periferia sevillana, ha denunciado este jueves que tras dos veranos de apagones el nuevo alcalde de la ciudad, José Luis Sanz, anuncia una subida del agua del 30 por ciento, con lo cual "no pueden aguantar más".
Así lo ha expresado a EFE Juan García, portavoz de la plataforma que para el próximo sábado ha convocado una manifestación en el centro de Sevilla para protestar por el progresivo deterioro de estos barrios y los insuficientes servicios públicos que padecen, desde limpieza y mantenimiento a transporte público, educación y sanidad.
García ha rechazado de plano que la subida del agua sea inevitable, como ha señalado el alcalde, y que deben establecerse "tramos para que paguen más quienes más consumen; y que sea la industria turística la que más pague, en vez de las familias trabajadoras".
Después de dos años de veranos con apagones prolongados en coincidencia con los días de más calor, "suben los alimentos, el combustible y la luz, y los sueldos y las pensiones no suben igualmente", ha señalado García para reforzar la convocatoria de manifestación del domingo y quien ha informado a las puertas del Ayuntamiento de la reunión con la Consejería de Industria y de la que solicitarán al alcalde para tratar sobre el precio del agua.
De la reunión con la Consejería de Industria de ayer, García ha asegurado que salieron "frustrados" porque no compareció el consejero de Industria, Jorge Paradela, como esperaban y porque el encuentro sólo sirvió para inaugurar una "mesa de trabajo" sobre los apagones.
Según Barrios Hartos, la manifestación del sábado se debe al "nivel de abandono, segregación periférica y desigualdades que padecen numerosos barrios sevillanos" y a la "falta de ascenso social, pobreza, las dificultades y carencias educativas, sanitarias, urbanísticas y culturales" de estas zonas que auguran "un futuro sin expectativas a jóvenes, migrantes y mujeres que en nada preocupa ni ocupa a instituciones públicas".
