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La historia de Antonio Miguel: la mano que salva vidas

El bombero Antonio Miguel Martínez, psicólogo colegiado, se hace viral por el rescate de un hombre que se colgó de un puente para acabar con su vida

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  • Hicieron falta más de tres horas de trabajo y una videollamada a uno de sus hijos
  • Dejó una nota “escueta” con números de contacto

Antonio Miguel cerró el pacto a varias decenas de metros de altura con un apretón de manos. Detrás, más de tres horas de conversación con un hombre que se había encaramado a un viga de un puente de la Ronda Urbana Norte con el propósito de acabar con su vida. El vídeo se hizo viral este pasado fin de semana. Desde entonces, este bombero y psicólogo colegiado ha sido objeto de todo tipo de entrevistas e incluso fue recibido este lunes por el alcalde de la ciudad, Juan Espadas, que le agradeció personalmente su trabajo. Un trabajo con el que salvó la vida de una persona. Pero de todas las palabras elogiosas y de reconocimiento que ha escuchado Antonio Miguel Martínez, de 37 años, las que guardará en su memoria las pronunció una persona especial: el hombre al que salvó. “Se presentó a las tres de la mañana de ese mismo día en el parque de bomberos para darme las gracias. Ya estaba estabilizado y era otra persona. Yo aparezco en la viga, pero conmigo había mucha más gente, todo un equipo”, recuerda.

El suicidio ha saltado a la palestra del debate público tras la pandemia. Antonio Miguel lo aplaude, pero llama la atención sobre una realidad que ha estado siempre ahí y que se ha evitado. Lo que no se nombra, no existe. “Le daré algunos datos de la Fundación para la prevención contra el suicidio de 2018, de antes de la pandemia: al día se suicidan diez personas; cada 2,5 horas, hay un intento; entre los 15 y 29 años, el suicidio es la primera causa de muerte por motivos externos; y las mujeres lo intentan tres veces más que los hombres pero son éstos los que más lo consuman”.


A Antonio Miguel lo que más le sorprendió de la persona a la que salvó (que había ingerido grandes cantidades de sustancias estupefacientes mezcladas con alcohol) fue su “vulnerabilidad”. “Formó un atasco de tráfico considerable y muchos se quedarán con eso, pero a esa persona había que conocerla para entender su vulnerabilidad”.

Uno de los puntos de inflexión de la intervención de Antonio fue el momento en el que hizo una videollamada al hijo mayor del hombre. Éste había dejado una nota “muy escueta” y varios números de contacto, uno de ellos el de ese hijo mayor, que se personó en el puente. Esta actuación de Antonio Miguel que ha emocionado a las redes no ha sido la más complicada a la que se ha enfrentado en su carrera. La más larga fue cuando tuvo que convencer a un hombre con un brote psicótico que se había enganchado a un pretil. Hicieron falta más de seis horas para conseguir convencerlo. De aquella ocasión, Antonio Miguel guarda una carta que le remitió una vecina en la que le escribió palabras de agradecimiento “muy bonitas”. Porque cuando uno “no falta a su palabra”, se pueden cerrar pactos que no se olvidan en la vida. 

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