Después de tres meses de erupción, el volcán de Cumbre Vieja en La Palma se apagaba el pasado mes de diciembre y comenzaba una nueva etapa para los palmeros de las zonas más afectadas.
Las ayudas prometidas para aquellos que han perdido sus viviendas y cultivos y la reconstrucción de las carreteras son algunos de los principales retos de esta isla canaria, pero mientras tanto el sector turístico, que tantas pérdidas ha sufrido durante la pandemia, cuenta con un nuevo elemento que puede convertirse en una oportunidad: la curiosidad de los turistas por este fenómeno de la naturaleza.