Los españoles pagaron un total de 16.134 millones de euros en impuestos ambientales en 2012, lo que representa un 3'4 por ciento menos que el año anterior y un 11'2 por ciento menos que en el periodo comprendido entre 2008 y 2012.
Así, según el informe 'Cuentas medioambientales. Impuestos ambientales. Base 2008. Serie contable 2008 - 2012' que ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), los hogares españoles pagaron el 56'6 por ciento de los impuestos ambientales, un 1,5 por ciento menos que en el año anterior.
Los impuestos ambientales se componen de los de la energía, los impuestos sobre el transporte, sobre la contaminación y sobre los recursos. En concreto, los impuestos sobre la energía representaron un total de 13.109 millones de euros, es decir, el 81'3 por ciento del total. Esta cifra fue un 3,8 por ciento menos que en 2011.
Mientras, los impuestos sobre el transporte supusieron 2.671 millones de euros (el 16'6%) en 2012, lo que supone un descenso del 5'2 por ciento respecto al año anterior, mientras que los de contaminación y los recursos, fueron el 2'2 por ciento restante.
Por su parte, los impuestos sobre la contaminación y los recursos aumentaron un 39'9 por ciento. En el plazo entre 2008 y 2012 los impuestos sobre la energía cayeron un 9'3 por ciento y los impuestos sobre el transporte un 23'5 por ciento. Por el contrario, los impuestos sobre la contaminación y los recursos se han incrementado un 54'6 por ciento.
Los hogares, como consumidores finales destinaron 9.126,4 millones de euros a los impuestos ambientales en 2012, lo que supuso un 5'9 por ciento menos que en el año anterior, aunque representan el 56'6% del total. El transporte y almacenamiento bajó un 4'5 por ciento (15'8% del total y el resto de servicios se redujo en un 4'2 por ciento (aportando el 11'6% del total).
La Cuenta de impuestos ambientales presenta la desagregación por ramas de actividad y sector hogares como consumidores finales, de los impuestos ambientales.
El INE explica que los impuestos ambientales son aquellos cuya base imponible consiste en una unidad física de algún material que tiene un impacto negativo, comprobado y específico, sobre el medioambiente.
Se incluyen los Impuestos sobre la energía, los Impuestos sobre el transporte y los Impuestos sobre la contaminación y sobre los recursos, y se excluyen los impuestos del tipo valor añadido.