La Comisión Europea (CE) ha presentado un informe realizado conjuntamente por la red Eurydice y Cedefop que pone de relieve el "reto" que supone para la administración española adaptar el desarrollo de la estrategia a "las diferentes circunstancias socioeconómicas y a la disparidad de las tasas de abandono escolar temprano de cada región".
En este sentido, recomienda como modelo el sistema belga, en el que la evaluación de la eficiencia de cada programa de lucha contra el abandono escolar actúa como "paraguas" que integra la acción de todas las regiones, y hace hincapié en la importancia "esencial" de llevar a cabo actuaciones intersectoriales y coordinadas entre los distintos niveles de la administración.
El documento destaca la evolución de España, junto con la de otros países, en la lucha contra el abandono escolar, pero anima a "continuar realizando cambios" para cumplir con el objetivo de bajar la tasa de abandono del conjunto del país por debajo del 15 por ciento en 2020.
"Algunos países como España, Malta y Portugal, pese a tener tasas de abandono escolar por encima del 10 por ciento, han hecho mejoras significativas en los últimos años", asegura el documento.
De hecho, recuerda que en 2009 la tasa de abandono escolar en España alcanzaba el 30,9 por ciento, mientras que en 2013 alcanzó su cifra anual más baja al situarse en el 23.6 por ciento. Además, según las previsiones del Ministerio de Educación para 2014, este índice bajará del 22 por ciento al término del año.
Por otra parte, subraya la importancia de abordar el problema desde una perspectiva "integral" y "amplia", que identifique y ataque cada una de las causas y factores que intervienen en la decisión de los jóvenes de abandonar los estudios antes de haber obtenido un nivel mínimo de cualificación, y que establezca medidas para reforzar la educación entre los colectivos de riesgo.
INMIGRANTES, VARONES Y E HIJOS DE PADRES CON BAJO NIVEL EDUCATIVO
En este sentido, el estudio recuerda que el abandono escolar de los inmigrantes en España es "particularmente alto" (cerca del 40%) en comparación con el de los nativos (superior al 20%) y entre los hombres (en torno al 27%) respecto de las mujeres (20%).
Asimismo señala a los estudiantes que repiten algún curso como otro de los colectivos de riesgo y recuerda que, según un estudio, el 88% de quienes abandonan la escuela antes de tiempo lo hacen debido a "las experiencias asociadas a repetir curso". En este sentido, recuerda que, en España, el 32,9 por ciento de los estudiantes repiten curso al menos una vez.
Por último, pone el acento sobre los colectivos con un nivel socio-cultural familiar o de educación inferior como principal colectivo de riesgo, así como aquellos que sufren carestía económica o exclusión social.
Según los datos del Eurostat de junio de 2014, el porcentaje de niños en España cuyos padres tienen, como máximo un nivel de estudios equivalente a los primeros cursos de educación secundaria, es del 56,7 por ciento; y el de aquellos cuyos padres no han recibido educación más allá del bachillerato o un nivel equivalente es del 34,6 por ciento.
Todos ellos figuran entre el colectivo que la CE identifica como en "riesgo de pobreza o exclusión social" por la desventaja que, según indica el informe, supone el nivel educativo de sus padres a la hora de continuar con sus estudios.
Por ello, la CE recomienda llevar a cabo medidas tanto de prevención del abandono escolar. Entre las primeras figuran el refuerzo de la orientación a los alumnos acerca de sus itinerarios de educación y profesionales, ayudarles a identificar sus capacidades, talentos y las opciones más convenientes para ellos, promover el acceso a la educación "de alta calidad" en etapas tempranas y mejoras orientadas a incrementar la calidad tanto de la enseñanza como del aprendizaje en las escuelas.
Asimismo, propone medidas de "intervención" ante el abandono escolar temprano para "identificar a los alumnos que pasan por dificultades" y lograr que "no se desenganchen del proceso de aprendizaje".
Entre estas destaca los programas y medidas de apoyo individual y de refuerzo a los estudiantes, especialmente a aquellos con dificultades para aprender y a quienes tienen una lengua materna distinta de la de los estudios; promover la implicación de los padres en la educación y las actividades de la escuela; combatir la violencia en los centros, y desarrollar sistemas para monitorizar el absentismo escolar, como síntoma temprano de casos futuros de abandono, entre otras propuestas.