El (difícil) discurso del rey

Publicado: 24/12/2022
Autor

Daniel Barea

Yo soy curioso hasta decir basta. Mantengo el tipo gracias a una estricta dieta a base de letras

Todo está ferpecto

Blog con artículos una mijita más largos que un tuit, pero entretenidos. Si no se lo parece, dígamelo con un correo

VISITAR BLOG
Ante el desafío del Procés se ganó la corona. Hoy tendrá que ceñírsela bien fuerte porque se queda sin ella en una de estas
Pedro Sánchez camina por delante de Felipe VI y lo que parece un mero error protocolario más de un presidente que observa el protocolo con la misma rigurosidad que la protagonista de Princesa por sorpresa en el primer tercio de metraje, no deja de ser un desafío a todo lo que representa el monarca. No recuerdo ahora mismo y se hace tarde para consultarlo si fue Landaluce o Belmonte en El Mundo o ABC, respectivamente, quien bromeaba en un artículo esta semana que si al líder de los socialistas no le importa pisar la ley, a cuenta de las reformas que impulsa, no le importa demasiado pisar al rey. Lo cierto es que el afán intervencionista del poder judicial por parte del presidente es escandaloso. Los comentaristas indican que la senda iniciada por el Gobierno de coalición es similar a la de Viktor Orban en Hungría, el coco para la democracia liberal europea. Y eso tiene consecuencias graves tanto reputacionales como económicas porque la UE, que suele actuar con pazguatería casi siempre, a veces frunce el ceño un poquito, da un golpe en la mesa y bloquea fondos. Aunque tampoco es que al Gobierno de España le preocupe especialmente que le bloqueen fondos porque cuando Bruselas pone a disposición millones a cholón, no tiene ni repajolera idea de cómo gastarlos. Las pymes, de hecho, no han visto un céntimo del programa Next Generation para la reconstrucción de la pandemia, como si todo el plan estuviera escrito en el reverso de las cartulinas que colgaban los ciudadanos de buena fe en sus ventanas durante el confinamiento con eso de que saldríamos más fuertes del Covid. Ja.

Al PP le ha salido más o menos bien la jugada. El recurso para frenar el atropello al Tribunal Constitucional ha prosperado y, por el momento, el régimen del 78 se tambalea pero no cae. Cuestión de tiempo. Porque Feijóo no va a conseguir, aunque lo siga repitiendo machaconamente, que es momento de anticipar elecciones, ni la pamplina de la moción de censura que propone Vox, dada la aritmética parlamentaria, sirva para algo más que reforzar ante la opinión pública a Pedro Sánchez. Dicho lo cual, la pregunta inevitable es si hay salida a esto. Y la respuesta, lamentablemente, es no. Porque la alianza de PSOE y Unidas Podemos con los partidos independentistas es sólida y le permitirá controlar las Cortes Generales hasta el último minuto de la legislatura. O sea, hasta dentro de un año, porque el líder socialista apurará al máximo su Presidencia. Solo cabe confiar en que la segunda anilla del paracaídas no falle. Los jueces deben resistir la embestida. Pero también sería de agradecer que el rey hiciera su trabajo hoy, como lo hizo en pleno golpe de Estado en Cataluña. Felipe VI se ganó la corona aquella noche, cuando advirtió a los sediciosos que a España no se la toca. Esta Nochebuena debe ceñírsela sobre sus plateadas sienes con firmeza porque en una de estas se queda sin ella. En mayo, aunque les pese a los candidatos locales del PSOE, todo lo que está pasando condicionará los comicios. Un varapalo tendría que hacer replantearse a Pedro Sánchez cómo quiere pasar a la historia. Lo ideal sería no esperar a entonces. Quizá sea la hora de una revolución en el seno del partido si no por España, al menos por sus siglas.

© Copyright 2024 Andalucía Información