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Como planificar la climatización de la vivienda sin olvidar la eficiencia energética según la OMIC

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Después de un invierno muy duro que se reflejó en temperaturas muy bajas y facturas de la luz muy altas, que causaron más de un quebradero de cabeza en la economía de muchas familias en estos momentos de crisis económica, ya estamos prácticamente en primavera, es decir que la llegado la hora de decir adiós a la calefacción y pensar que prácticamente en un abrir y cerrar de ojos llegarán las altas temperaturas y con ellas el aire acondicionado.
Los habitantes de regiones de climas cálidos, como el existente en la Costa del Sol, requieren por necesidad la utilización de sistemas de climatización para mitigar el efecto del clima y obtener un determinado grado de confort en sus viviendas. Para los que ya disponen de aire acondicionado ahora es el momento de asegurarse que el mismo funciona correctamente y, si no está bien, ha llegado el momento de repararlo antes de que se colapsen los servicios técnicos. Si se deja para última hora, inevitablemente habrá que esperar. Por otra parte, es el momento en el que no pocos hogares se plantean la posibilidad de adquirir un aparato de aire acondicionado que refresque un poco el ambiente y lo haga más habitable.
El aire acondicionado es uno de los electrodomésticos en el que, previo a la compra, los consumidores tienen que estar convenientemente informados para saber qué tipo es el adecuado para satisfacer correctamente las necesidades y obtener la mayor eficiencia. Frigorías del equipo, metros cuadrados de las habitaciones, variedad de aparatos o consumo de energía son algunos de los factores a tener en cuenta a la hora de comprar el equipo.
Para no caer en el recargo por exceso de consumo, que limita el consumo de energía sin penalización en un mes a solamente 500 KWk, es muy importante tener en cuenta el nivel de eficiencia energética del equipo que se piensa instalar. A la hora de medir la eficiencia de un aparato se utiliza el Coeficiente de Rendimiento, conocido como COP, que mide la relación de la producción de frío/calor y el consumo de energía.
Actualmente es obligatorio que todos los electrodomésticos incorporen la llamada etiqueta energética, etiqueta que informa sobre la eficiencia energética del aparato, es decir de su consumo en relación con el consumo medio de un aparato de similares características.
La etiqueta energética muestra una escala de colores y letras que va desde la clase G (de color rojo) que es la menos eficiente e indica que el aparto consume mucho más de la media, hasta la clase A (de color verde) que es la más eficiente.
A tener en cuenta:
- Planificar con tiempo la climatización de la vivienda. Cuando empiezan los calores caemos en la cuenta de su necesidad. Craso error, pues la precipitación suele dar lugar a que se tomen decisiones que no son correctas.
- Acondicionar la vivienda. Aislar y acondicionar la vivienda es fundamental. Un buen aislamiento puede significar una disminución de la potencia del sistema de aire acondicionado de un 50%, o incluso más sin hacer obras de envergadura. El simple hecho de aislar las ventanas, sustituir los cristales sencillos por dobles con cámara de aire, poner persianas, cortinas, toldos y contraventanas, son medidas eficaces .
- Instalación y mantenimiento del equipo. Las condiciones generales de la acometida eléctrica, la ubicación del aire acondicionado y su protección de la radiación solar son aspectos importantes a considerar acerca de la instalación del equipo para lograr su óptimo rendimiento.
- La limpieza de los filtros y el lavado del equipo. Son importantes para reducir los consumos de energía. Un aire acondicionado sucio o sin filtro demandará hasta 10% más de energía para funcionar que el mismo artefacto limpio, con filtro en buenas condiciones. Lo adecuado es limpiar los filtros de aire una vez por semana.. Así, impedirá que el aire se vicie y que las sustancias contaminantes y el polvo circulen por el ambiente.
- Ubicación de la vivienda. Cuanto más alto se encuentre el piso, mayores son las temperaturas, por lo que se necesita un aparato con mayor capacidad de refrigeración. Lo mismo sucede si la vivienda está orientada hacia el Sur.
- Iluminación. Considerando que la energía no se pierde ni se gana, sino que se transforma, es obvio que la iluminación de la vivienda aumenta la temperatura, especialmente cuando es halógena, debido a su gran capacidad calórica. Por ello es recomendable instalar lámparas de bajo consumo.
- Instalación. Los establecimientos que venden equipos de aire acondicionado recomiendan, habitualmente, empresas que se dedican a la instalación de los equipos. Si bien el consumidor puede contratar la instalación con cualquier empresa o profesional, es aconsejable contratar este servicio con la empresa que trabaja habitualmente con el vendedor. En caso de instalación deficiente o vicios en el equipo les será más difícil eludir responsabilidades.
- Revisiones. Deben respetarse rigurosamente las revisiones y los cuidados de mantenimiento que recomiende el fabricante de los sistemas de climatización. En caso necesario, hay que avisar inmediatamente a los técnicos de mantenimiento.
- Ambiente sano. Para que el ambiente creado por un sistema de climatización sea el correcto debe mantenerse el termostato a una temperatura de referencia adecuada, por ejemplo 24 grados, con una humedad relativa del aire del 35% al 60%. De esta forma evitará los cambios bruscos de temperatura entre el exterior y el interior de la vivienda, y, además, ahorrará energía.
- Evite. Que todas las aletas difusoras se hallen colocadas en la misma dirección, ya que será más difícil enfriar por completo la habitación.
- Apague el equipo cuando salga de la vivienda. Resulta más económico volver a enfriar un cuarto que mantenerlo frío todo el día. Para evitar olvidos, se puede utilizar un reloj automático que se puede ajustar para que ponga en marcha el acondicionador de aire media hora antes de que regrese a la vivienda.
- No es conveniente. Poner a una temperatura muy fría al aire acondicionado en el momento de ponerlo en marcha. No refrescará el ambiente rápidamente, solo realizará un gasto mayor de energía.

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