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Torremolinos

“Emprender es un esfuerzo diario con resultados muy gratificantes”

José Ferrer, emprendedor y director de la empresa tecnológica Solbyte, recibió recientemente el Premio ‘Pyme 2015’

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  • José Ferrer -

Respetado y ya reconocido como emprendedor y empresario, José Ferrer, torremolinense de 32 años de edad, casado y padre, desprende una imagen muy juvenil, tanto que podría pasar por un “chaval” cualquiera de los que se mueven con sus apuntes por las universidades o trabajando los veranos en las playas malagueñas, algo que por otra parte él hizo como hamaquero en un chiringuito de Torremolinos mientras se pagaba sus estudios siendo apenas un adolescente.

Hoy aún es joven y además por su apariencia podría ser confundido con otro más de tantos jóvenes andaluces y españoles que aún no han decidido qué hacer con su futuro o están en busca de uno.  Pero detrás de esa imagen, un amable y bien educado José Ferrer demuestra, en cuanto empieza a hablar, su veteranía empresarial, su experiencia y toda  la inteligencia y el arrojo que le sirvieron para lanzarse como emprendedor con tan sólo 20 años.



El fundador y propietario de la empresa de desarrollos informáticos Solbyte, ubicada en el Parque Tecnológico Andalucía de Málaga y que hoy cuenta ya con 25 empleados y varios premios y reconocimientos en su haber, es un chaval amante de la pesca, el fútbol y el ajedrez, disciplina con la que en el pasado también ganó premios en competiciones, lo que es una muestra más de una mente inquieta que domina la estrategia, la paciencia y la perseverancia para llevar adelante los objetivos marcados como emprendedor.

José Ferrer no cree en la suerte, cree en el trabajo duro, en el tesón y en el sentido común para que los negocios funcionen. Tiene confianza en sí mismo y no es de los que arrojan la toalla al primer contratiempo, unas cualidades que, con cariño y humildad, agradece a la educación que le dieron sus padres y con los que comparte su éxito. Al igual que está siempre dispuesto a compartir con otros “chavales” sus conocimientos y experiencia en el mundo empresarial y a transmitirles que el futuro es posible y está en sus manos. No va de ejemplo para nadie pero, tal vez a su pesar, José Ferrer lo es y puede sentirse orgulloso de ello.

Sumando uno más a la lista, acaba de recibir el galardón nacional Premio Pyme 2015, ¿cómo se digiere eso a los 32 años?
–Bien, los premios y reconocimientos se agradecen muchísimo. Te animan para seguir adelante, pues es una forma de decirte que no lo estás haciendo mal,  pero la verdadera satisfacción está en el trabajo, en ver la empresa crecer y funcionar cada vez mejor.

Su empresa de servicios informáticos Solbyte es ya un referente nacional en la creación de software, ¿qué formación necesitó para emprender esta aventura?
–Yo acabé bachillerato y con la selectividad me pensé si valía la pena pasar años en la universidad para lo que yo tenía en mente hacer, y decidí que no. Estudié entonces un módulo de FP de desarrollos informáticos y después de eso he sido muy autodidacta, leyendo mucho de gestión de empresa, marketing, marketing online. Luego hice un máster de dirección de empresas y cursos sobre temas de interés para mi negocio. Y observe otras empresas y practiqué mucho.

Entonces, ¿no es imprescindible la universidad?
–Evidentemente, es necesario formarse, pero depende de la que vayas a hacer la universidad es imprescindible o no. Para carreras como medicina o arquitectura, seguro que sí. Pero luego hay otras que se aprovechan más con módulos profesionales en grado superior y con prácticas. Hay gente que sale muy preparada, sobre todo en informática, aunque depende también de que rama de la informática hablemos. El problema es que no se sabe hasta que no estás metido, uno no sabe lo que quiere hacer. Yo decidí hacer el módulo porque para lo que yo tenía en mente era lo más práctico. Y así fue, casi al día siguiente de acabar los estudios, me salió un trabajo.

También es suerte…
–Eso me dicen a veces, pero no es tanto la suerte como el trabajo. He tenido, como todo el mundo, buena suerte y mala suerte, pero en este caso es trabajo, trabajo y trabajo y apretar los dientes y no tirar la toalla. Acabé los estudios y trabajando de hamaquero en un chiringuito de mi tío, como hacía desde los 15 años en verano, repartía cientos de tarjetas a los clientes y por empresas, repartía hasta que un empresario de transportes confió en mí y me ofreció un trabajo. ¿Suerte? Yo creo más que es cuestión de estadística y entre tantas tarjetas repartidas alguna tenía que dar resultado.

Hoy ya es usted ejemplo de emprendedor, ¿cómo se lanza al mundo empresarial?
–Estaba desarrollando un programa de gestión de flotas para este empresario que me ofreció mi primer trabajo y mientras estaba trabajando en Coritel. Los fines de semana los dedicaba a este proyecto por mi cuenta y cuando finalicé el cliente quedó muy satisfecho con el resultado y me recomendó a otra empresa de transportes. Y ésta a otra más. Pensé entonces que porque debería hacer ese trabajo para otras empresas cuando podía hacerlo desde mi propio negocio y decidí dejar Coritel, donde me iban a hacer indefinido, y montar mi empresa. Y en la empresa ya no es suerte, es esfuerzo, esfuerzo, esfuerzo y trabajo, trabajo, trabajo. Perseverancia. Y sentido común, pues a veces tienes una idea pero si te das cuenta que no es factible, es mejor no insistir en ella. De eso se trata. Pero la perseverancia que no falte, porque a veces se pone difícil.

Ya solo en el mundo empresarial, ¿cómo ve la luz Solbyte?
–Empecé buscando clientes, llamando por teléfono a todas las empresas de transporte e inmobiliarias de Málaga. Pero no conseguía nada y probé visitándolas, pero tampoco. Fue la peor época y me hizo dudar si no me habría equivocado al dejar Coritel, pero después de darle muchas vueltas y de muchos dolores de cabeza llegué a la idea del marketing online. Y a partir de ahí, arranqué y empecé a posicionar en internet mi propio programa de gestión de flotas, Transcar, logrando que los clientes me llamasen a mí en lugar de llamarlos yo a ellos.
En 2008 ya tenía volumen de trabajo excesivo para mí solo, así que contraté a los dos primeros programadores y constituí  Solbyte SL. Los dos primeros años fueron duros, pero en 2010 con el éxito del programa Novotrans, ya despegamos y empezamos a abarcar más  negocio y a contratar más empleados. Ahora ya somos 25 personas en la empresa y destacamos en la prestación de soluciones tecnológicas para el sector del transporte, con unos 400 programas funcionando en España y dando los primeros pasos en Miami – para ver si nos introducimos en el mercado norteamericano- y Latinoamérica. Tenemos clientes como, Metro de Málaga, Pepsi, Metro Madrid, Acotral o Tienda Animal, por nombrar algunos de los más conocidos.

¿Qué ofrece Solbyte exactamente?
–En Solbyte desarrollamos proyectos tecnológicos para empresas como páginas webs, marketing online, aplicaciones móviles, programas informáticos para gestión empresarial y comercial y todo tipo de software personalizado. Ahora mismo estamos desarrollando una aplicación móvil para restaurantes con la que cada establecimiento podrá tener su propia ‘app’ con la que gestionar reservas, enviar promociones o volcar su carta y la información sobre alérgenos.

“Solbyte roza el millón de euros en ventas con su software” hemos leído recientemente… ¿tan bien va el negocio?
–Va bien. Es cierto que estamos teniendo un balance muy positivo y un rápido crecimiento como empresa. En un principio, todo lo que hemos ganado ha sido para invertir en I+D, y nuestro crecimiento ha rondado el 30 por ciento cada año anterior, pero 2015, si las expectativas continúan igual de favorables, esperamos finalizarlo alcanzando el 50 por ciento. Sobre todo estoy muy satisfecho con el gran equipo de trabajo que hemos formado y con todas las iniciativas que sacamos adelante.

Porque además de Solbyte, ¿hay más?
–Me encanta estar ideando cosas, hasta montar una granja de caracoles se me ha ocurrido, pero eso vamos a dejarlo aparte porque no sé si se hará realidad (ríe). Sí, pero además de Solbyte, soy director de la empresa Artico Soft y socio de las empresas Happy Klient y Happy Box. Concretamente, HappyBox es un servicio de mensajería urgente que funciona a través de una ‘app’ móvil y que garantiza el envío de paquetes de hasta cinco kilos en un plazo máximo de una hora dentro de la ciudad de Málaga. Y Happy Client es una aplicación para medir la satisfacción del cliente en los restaurantes. Por su parte, ArticoTrans es un software de gestión de flotas con tecnología cloud para el sector del transporte latinoamericano.

Ustedes crecen con la crisis ¿un milagro?
–Solbyte nació en plena crisis y yo creo eso nos benefició. Nosotros  no podíamos ir hacia abajo porque estábamos empezando y nos adaptamos al pedido, escuchando  al cliente y con los pies en el suelo. Financiados por nosotros mismos creo que eso nos sirvió para ser más competitivos. No teníamos “lastre” de gran empresa y lo aprovechamos.

¿Qué le aconseja a los jóvenes que están pensando en emprender?
–Que lo hagan, que sea con algo que les apasiones y que se lancen, pero que tengan en cuenta que hay que luchar mucho, que hay que prepararse y ser proactivos. Y que ante los obstáculos, que los habrá, si confían en su idea, que aprieten los dientes y sigan adelante porque los resultados llegarán. Emprender es arriesgado y es un esfuerzo diario pero el resultado es muy gratificante.

Con su empresa en el PTA y delegaciones en Madrid y quizás en otros destinos más lejanos, usted es de Torremolinos y sigue viviendo aquí, ¿satisfecho de su pueblo?
–Por supuesto, yo he nacido, crecido y estudiado aquí. Vivo aquí y hace unos meses, cuando se celebró la entrega de premios de Andalucía Emprende 2015 en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos, para mí fue un momento muy especial estar presente como ganador de la edición anterior de estos premios. Acudió el alcalde, José Ortiz, y todo el resto de la Corporación. Es especialmente emotivo ser reconocido en tu propio pueblo.

¿Ustedes han recibido apoyo de Andalucía Emprende?
–Gracias a Andalucía Emprende y a su programa ‘EmprendeJoven’, Solbyte comenzó su actividad. Desde el inicio, el equipo técnico nos ayudó en todo el proceso, con asesoramiento, formación y ayuda en la búsqueda y en la solicitud de financiación. Por eso, ahora estoy más que dispuesto a apoyar y asesorar a cualquier emprendedor que lo necesite.

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