La noche del
31 de marzo de 1979 España estuvo a nueve puntos de
ganar Eurovisión.
Betty Missiego se subió al escenario del
Centro Internacional de Convenciones de Jerusalén (Israel) para defender
‘Su Canción’, sin embargo,
la más votada fue ‘Hallelujah’, de Gali Atary & Milk Honey. Los votantes premiaron una puesta en escena novedosa: aparecieron en el escenario de uno en uno y no todos a la vez. Con 125 puntos,
Israel arrebataba a España la posibilidad de celebrar Eurovisión al año siguiente. ¿O no?
Tan solo cinco meses más tarde, la
televisión israelí IBA renunció a acoger la siguiente edición del festival en su país al “no estar prevista en el presupuesto la inversión de los 66 millones de pesetas que costaría organizar el certamen musical”, según aparece en la edición impresa del periódico El País del 22 de agosto de 1979.
El
siguiente país en el listado era España, que iba a aprovechar esa oportunidad. En aquellos años triunfaba el
turismo de sol y playa, por lo que el
Patronato de Turismo de la Costa del Sol inició el 24 de agosto de 1979 diversas gestiones con la Subsecretaría de Estado de Turismo para
promover la organización del próximo Festival de Eurovisión en el Palacio de Congresos de Torremolinos, un recinto de 70.000 metros cuadrados, con 18.000 metros cuadrados de jardines, que se había inaugurado en octubre de 1970.
El posible
coste del evento se evaluaba en unos
80 millones de pesetas, y un portavoz del Patronato costasoleño catalogaba la organización como una
“inversión productiva”, mientras enunciaba las ventajas de la exposición mediática en un evento retransmitido casi globalmente, según se detalla en la página oficial de Eurovisión.
La cúpula translúcida del Palacio de Congresos y su inaudita lámpara de cristales en el centro de un techo de despiece radial, imitando a una cascada, podrían haberle dado la bienvenida a decenas de artistas europeos, pero finalmente no fue así.
El
22 de noviembre de ese mismo año se
publicó un teletipo informando que
la elegida era Holanda, la duodécima clasificada del festival, y se mencionó que
la idea torremolinense “no cuajó”. Puede que el Palacio de Congresos no haya celebrado Eurovisión, pero el Pride de Torremolinos ha reunido en la plaza de La Nogalera a tres grandes estrellas eurovisivas: Massiel, Betty Missiego y Ruth Lorenzo.