Mucho se ha hablado y escrito en redes sociales y programas del entretenimiento de los “NEGACIONISTAS”. Que las conspiraciones, que si el COVI, que si los extraterrestres, que si la subida eléctrica… Y es cierto que el negacionismo existe y está más extendido de lo que parece. Negar, porque sí o por creencias más o menos espúreas sobre la realidad o por intereses inconfesables, es un hecho. El negacionismo llega incluso al ámbito de la Negociación Colectiva. Cuando las personas trabajadoras y el empresariado que las contrata deben consensuar las mejoras de los correspondientes convenios colectivos, en bastantes ocasiones se niega lo evidente. Hay quien piensa que la libertad del empresariado manda y mucho en esto de la negociación, sin embargo no todas las empresas navegan de igual forma. Por otro lado tampoco es de recibo el negativismo de la parte social, siempre que la empresa demuestre la grave situación que padece. Ahí, en la transparencia radica el principal recurso para alcanzar acuerdos justos en la negociación colectiva. Porque las empresas que van bien son las primeras negacionistas de la penosa situación en la que viven las personas que trabajan para ellas.
Un caso verídico aunque difícil de creer. Una multinacional española que opera en más de 25 países del mundo, con un nivel de negocio, por ejemplo en 2020 de más de 14 mil millones de euros. Cuenta, entre el conjunto de empresas que la conforman, con una que se dedica a prestar servicios de diverso tipo. Concretamente en este territorio esta empresa del grupo multinacional se dedica a la Limpieza Hospitalaria. Esta empresa se encuentra en estos momentos “negociando” el convenio colectivo con los dos comités de empresa que se constituyeron en las elecciones sindicales. La plantilla de personal que le trabaja lleva sin aumento salarial desde 2019. Uno de los puntos a negociar es precisamente la compensación de la no actualización salarial del año pasado. La Empresa dice partir de una oferta: 0 euros. Un ejemplo de negacionismo evidente. Esta postura no amilana a la parte trabajadora que a fuerza de exponer razones consigue que la empresa se lo piense. Cuando vuelve la empresa dice que “no le salen las cuentas”, pero que aceptará abonar a cada persona trabajadora una única paga de 35 euros para cerrar el año 2020. El negacionismo se ha convertido en más que un error, ya que incluso algunos representantes sindicales le advierten de lo ridículo de esa propuesta que debe ser presentada al conjunto de quienes trabajan ¿Cómo asumirán que la empresa pretenda resolver la subida salarial de todo el año 2020 a cada persona trabajadora con 2,5 euros mensuales (35 en 14 pagas).? ¿Dos cafés? Indigna sólo la “oferta” y dice mucho de la consideración que la empresa tiene por quienes le trabajan.
¿Podría pensarse que poco más puede hacer esta empresa? Algo más si podría ofrecer si se tiene en consideración que esta empresa ha depositado sus cuentas del 2020 en el registro mercantil de Madrid y que reconoce tener sólo en ese año más de 4 millones de beneficio, que además refleja en sus cuentas que desde 2003, en 16 años, ha podido acumular fondos propios por valor de 33 millones y medio de Euros, y eso que cuando comenzó a operar lo hizo con algo más de 1 millón de euros. Su rentabilidad supera el 16% y cuenta con activos de más de 87 millones de euros. Una empresa que ingresó por venta de sus servicios sólo en 2020, 225 millones y medio de Euros y que abona en salarios 128 millones y en seguros sociales 45 millones, para un total de 8940 personas trabajadoras, de las cuales casi 7000 son mujeres. Personas que trabajan en numerosos contratos de lo que un 65% se firman con administraciones públicas. Claro como el agua que lo que vende esta empresa es mano de obra exclusivamente. Y si además de salarios dedica a material y contratos de servicios a otras empresas 38 millones, sólo el diferencial es de más de 14 millones de euros de rendimiento anual.
Con esos datos el salario medio se podría fijar en 20.357 euros, aproximándose a 1500 euros mensuales en 14 pagas. ¿Cuánto deberían cobrar las personas trabajadoras de esta empresa en limpieza hospitalaria? Puede hacerse un cálculo aproximado partiendo de los datos obtenidos del registro mercantil y de la Junta de Andalucía, ya que esta empresa recibirá de esta última y solo por los 15 últimos meses, unos 11 millones, 800 mil euros. Siguiendo la lógica de sus propias cuentas debería dedicar de estos 11,8 millones, algo más de 7 millones a salarios y 2 millones a seguros sociales a repartir con una plantilla según contrato que debería superar a las 150 personas trabajadoras… Hagan Vds. las cuentas. Y si encima no se contrata a todo el personal, que figura en el contrato con la Junta, imaginen la acumulación de beneficio que se obtiene con dineros públicos en este caso.
¿Qué no le salen las cuentas? Evidentemente si la empresa adopta la posición negacionista, de los derechos de las personas trabajadoras a recibir un salario ajustado a la rentabilidad de su trabajo, no pueden salirle. Porque ¿Para qué devolverle a su personal algo de la plusvalía que genera, si se puede quedar esa Empresa Unipersonal con toda? Negar el derecho a recibir la mayor parte de la plusvalía generada por quienes trabajan es ir más allá del Negacionismo. Por eso esta empresa “va bien”, sobre todo para el socio Único de la misma que es quien acumula año tras año los pingües beneficios que generan las personas que le trabajan. Y ello consentido por la Junta de Andalucía que es quien la contrata y le aporta los dineros públicos para su enriquecimiento. ¿No sería mejor que la Junta gestionara ese servicio? Rafael Fenoy