Para ser este asunto de la Juventud tan traído y llevado por políticos e instituciones varias, poco reflejo tiene en la constitución española de 1978, ya que sólo se hace referencia a ella en el artículo 48 que dice: “Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.”
No hace mucho, el gobierno anunció un plan de 6000 millones de euros para facilitar la inserción laboral de los jóvenes. Este plan suponía un acuerdo, con sindicatos “mayoritarios” CCOO y UGT y el empresariado, para repartirse este suculento bocado destinado a financiar sus estructuras de asesoramiento y formación.
Esta ladina estrategia supone infringir daños a la juventud, a la que se dice se pretende ayudar: A) Primero porque se malgastan recursos económicos preciosos para dar con la tecla de tanta destrucción de empleo. Aplicados convenientemente mucha juventud comenzaría a tener presente. B) Segundo porque se engaña prometiendo algo que saben no se realizará, dando la falsa imagen de que se está políticamente (estos y aquellos) activos. C) En último lugar ¡Vuelta la burra al trigo! La vieja estrategia, de culpabilizar a quien busca trabajo, de que el problema de no encontrarlo es que “no está formado”, se repite hasta la saciedad de forma dramática. Cabe preguntarse, si eso fuese así, ¿por qué enormes sectores de gente joven bien formada no encuentra faena? El hecho indiscutible tiene su causa en que cada vez hay menor necesidad de mano de obra humana.
Todos los sectores productivos, sobre todo aquellos que más brazos precisaban, (primario) minería, pesca, agricultura, han dejado de contratar a millones de personas, bien porque se han hundido, los dos primeros, y también porque se han tecnificado y robotizado. El sector industrial (secundario) hace tiempo se ha informatizado y robotizado. Basta ver el conocido programa televisivo “Así se hace” para no encontrar restos de personal humano en infinidad de cadenas de producción. Y del sector servicios (terciario), el empujón a los clientes para “hágaselo Vd mismo” no para. Cualquiera puede darse una vuelta por el banco más cercano y observar como proliferan cajeros automáticos por doquier. La Caixa y el Santander ya han anunciado despidos a mansalva y cierre de sucursales. Reservas de trenes, aviones, autobuses espectáculos, compras on-line a millones…, en fin que para la juventud no queda prácticamente trabajo que hacer. Y el gobierno sigue con “el erre que erre” de que hay que formarse, y más formarse, aunque nadie sepa para qué. Porque, en realidad, estos miles de millones sirven para engordar estructuras de “asesoramiento” que nada aportan a la economía real.
Primero dar trigo y luego predicar. Primero trabajos y luego formación para desempeñarlos. Así la juventud verá algo de luz en su presente y podrá hacer planes de futuro.
Fdo Rafael Fenoy Rico