Buena parte de los documentos que analizan este aspecto importante de la educación acaba planteando aumentos cuantitativos de personal. Para tener una visión global del papel de la orientación y la acción tutorial en la educación es preciso analizar los déficits organizativos en la gestión de personal docente para partiendo de ellos introducir mejoras.
Si de lo que se trata es que quien gobierna las administraciones públicas asuma que la mejora de la educación en los centros simplemente se resuelve contratando unos miles de personas acreditadas por títulos universitarios relacionados con la Orientación escolar, poco se remediará. Se precisa cuestionar el modelo actual de la orientación y la tutoría, no simplemente implementarlo.
Si se pretende que la orientación escolar mejore el desarrollo de las personas que intervienen en los actos educativos, optimice los procesos de enseñanza aprendizaje, favorezca los climas de convivencia, la participación de todos los sectores en la gestión de la vida de los centros educativos, cualquier regulación debe trascender lo que actualmente se hace con la contratación de recursos personales especializados, los medios materiales, la organización escolar y la gestión de personal. No sólo no es suficiente sino que es inútil e incluso contraproducente, ya que al crear la ilusión de que está cubierta esta imprescindible necesidad de la Educación, se impide su mejora.
Por otro lado de poco o nada vale el incrementar recursos humanos, si estos no pueden desarrollar las actuaciones precisas durante un cierto tiempo, que en materia educativa se antoja de varios años. La educación de las personas requiere de un conjunto de conocimientos sobre ellas, de sus entornos familiares y sociales, de cómo evolucionan las situaciones, valorando los cambios que se vayan observando. La inestabilidad del colectivo de docentes, de ellos orientadores y personal especializado hacen inútil los protocolos, los programas diseñados. En cada cambio de profesorado, especialmente quienes llevan a cabo la tutoría, se pierde un caudal preciso de información sobre aspectos esenciales de la vida del alumnado.
Cuando a las familias les llegan informaciones sobre las peticiones de estabilidad del profesorado interino, pueden llegar a pensar que en nada o poco tienen que ver con la calidad de educación que reciben sus hijas e hijos. Sin embargo padres y madres saben bien del desgaste que supone repetir a un docente tras otro la misma información. Por eso los que están se quedan debería ser una reivindicación de las familias.
Fdo Rafael Fenoy