La decisión de la mujer maltratada durante 56 años de denunciar a su pareja ante la Policía Local de Valencia es una “hazaña heroica” y un ejemplo a seguir por otras víctimas de la violencia machista que, en el caso de mujeres mayores, es “más común” de lo que se puede tener conciencia.
Así lo ha asegurado a la Agencia EFE Mar Lluch, psicóloga jurídica y vicedecana tercera del Colegio Oficial de Psicología de la Comunitat Valenciana, quien destaca el hecho de que esta mujer, tras muchos años de un dinámica marcada por la violencia, “ha reunido la suficiente valentía para poner su vida en valor y por encima de los cánones culturales propios del patriarcado”.
La Policía Local de Valencia informó este miércoles de que había detenido a un hombre de 83 años como presunto autor de un delito de violencia machista contra su pareja después de 56 años de maltrato, una situación que la mujer no se atrevía a denunciar porque "sentía vergüenza por lo que pudiese decir y pensar su entorno".
La detención del hombre se produjo el día anterior y la víctima denunció finalmente que había sufrido malos tratos durante toda su relación, desde agresiones físicas hasta amenazas, insultos y vejaciones.
Sus hijos, que reconocieron los malos tratos que ha sufrido su madre durante toda su vida, le habían instado a separarse en numerosas ocasiones pero no lo había hecho nunca.
FACTOR CLAVE: LA FALTA DE INDEPENDENCIA ECONÓMICA
Según Lluch, la violencia de género en mujeres mayores es más común de lo que se puede llegar a tener conciencia por las particularidades que tiene: su edad, los cánones culturales propios del patriarcado y los tradicionalismos en los que ha ido creciendo y la tendencia a no visibilizarlo, a ocultarlo, limita esa capacidad de acción.
Además, un “factor clave” en este caso y que acostumbra a suceder en mujeres de esas edades es la “falta de independencia económica” que genera un daño al sentimiento de valía, “de que la persona no puede valerse por sí misma y eso aniquila su autoestima y la capacidad de actuar por ella misma”.
A juicio de Mar Lluch, durante todos los años de maltrato pueden haber aparecido signos de esta violencia a los que una mujer “educada de esta manera, de patrón sumiso, acostumbra a restar importancia, ocultarlos”, pero para poder detectarlos en el ámbito sanitario hace falta mucha formación en perspectiva de género.
Pueden ser mujeres aquejadas de malestar general, de dolencias y quejas a veces recurrentes y para las que no se acaba de encontrar una causa orgánica clara, que pueden estar somatizando ese malestar y causar un daño psicológico importante.
Respecto al papel de los hijos del matrimonio, la psicóloga jurídica señala que "pueden haber visto cosas pero han vivido, crecido y se han educado en ese modelo relacional que a veces lleva a normalizar situaciones".
"No podemos señalarlos como que deberían haber tomado determinadas actuaciones y tampoco sabemos lo que pueden haber visto para sentir que realmente se debía denunciar la situación", añade.
“Son sus padres y en muchos casos de este tipo puede ocurrir que aparece un temor a causar más daño a la madre si se le fuerza a denunciar ante conductas que ella puede normalizar, negar, justificar o proteger al padre en algún momento -señala a Efe-, algo propio de una persona sumisa que está sufriendo violencia de género”.
En el caso del maltratador, un hombre de 83 años, Lluch indica que habrá que esperar a cómo evoluciona el procedimiento. Se conoce la denuncia y las primeras informaciones que conllevan a un proceso de investigación judicial que llevará a un camino u otro.
DENUNCIAR, UNA "HAZAÑA HEROICA"
Según María Lluch, lo que esta mujer ha hecho, tras años de maltrato, es una “hazaña heroica” y supone un “ejemplo a seguir para muchas mujeres”, porque ha sido capaz de poner fin a la situación para denunciar y “poner su vida en valor por encima de todos estos cánones culturales propios del patriarcado”.
“Muchas veces, estos casos llegan al punto de una negación y una incapacidad para tomar decisiones, ya que piensan que a estas alturas de la vida es el destino que le ha tocado vivir, pero esa mujer ha puesto de manifiesto que se puede llegar en un momento determinado a reunir suficientes fuerzas, y la sociedad y los recursos están ahí para apoyarla”, ha afirmado.
A su juicio es “muy importante resaltar esto, porque va dar mucho valor a otras mujeres que se puedan sentir identificadas con esta situación”.