El pasado
13 de diciembre, Jessica Marín Rivero y su hijo de 2 años Antonio Gabarri Marín, de Almassora (Castellón), desaparecieron sin mediar palabra con su familia ni con el padre del pequeño.
Desde el primer momento, los familiares consideraban que se trataba de una
desaparición voluntaria y destacaron que Jessica sufre una discapacidad psíquica. Llegaron a confirmar que habían hablado con ella pero que no decía dónde estaban.
Por fortuna, la Policía Nacional informó ayer que Jessica
se entregó este jueves acompañada de su hijo en una comisaría de Alicante.
Según añadieron las fuentes policiales, la joven de 25 años dijo que se había enterado de que los estaban buscando y que tenía
el teléfono averiado.
Los dos fueron
entregados a sus tutores legales y ahora, la Policía Nacional investiga todo lo sucedido.