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Huelva

Inspector de Policía denuncia a un ginecólogo onubense por presunto robo de su hija en 1974

Según ha explicado Ornedo, los hechos ocurrieron hace 39 años en la clínica privada de Nuestra Señora de la Merced, al frente de la cual estaba el ginecólogo denunciado

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El inspector jefe de la Policía Nacional J.J.D.V. y su mujer, M.R.D., han interpuesto una demanda judicial contra M.T., ginecólogo de profesión, por el presunto robo de la hija que éstos tuvieron en 1974 en la clínica de La Merced de Huelva.

Así lo ha confirmado a Efe Esperanza Ornedo, presidenta de la Asociación SOS Bebés Robados de Huelva, entidad que ha asesorado al matrimonio en el camino para llevar a este médico a los tribunales.

Según ha explicado Ornedo, los hechos ocurrieron hace 39 años en la clínica privada de Nuestra Señora de la Merced, al frente de la cual estaba el ginecólogo denunciado.

M.R.D., que contaba entonces con 17 años se había puesto en manos de M.T. para que la atendiera en su primer embarazo sin que "en ningún momento alertara de que éste presentara problema alguno".

Los hechos por los que ahora presentan la denuncia se desencadenaron cuando ella se puso de parto, el 9 de marzo de 1974, y ante la ausencia de su marido se fue hasta la clínica con su madrina y su prima de 14 años.

Nada más llegar, relata Ornedo, le advirtieron de que el bebé "venía de nalgas y que el parto iba a ser complicado" tras lo cual "le inyectaron" algo que la dejó dormida impidiéndole, incluso, ver el nacimiento de su hija.

Al despertar y ver que no estaba junto a ella en la habitación preguntó por el bebé y le dijeron que "había pesado más de 5,5 kilos y que ya se la subirían", pero eso nunca pasó.

Al tiempo llegó su prima y le contó que le habían dicho que el bebé había tenido problemas respiratorios por el peso tan elevado y que había fallecido, sin que los médicos le dieran más explicaciones, si bien tras su insistencia le dejaron ver al cadáver del que "sólo recuerda que le pareció demasiado grande, como si estuviera ya criada".

También señala que, a pesar del tamaño con el que le dijeron que había nacido su hija, sólo precisó "dos o tres puntos de sutura y el desgarro fue pequeño".

La niña fue enterrada en la fosa común del cementerio de La Soledad, según consta en el registro el 11 de marzo del 74, si bien fue en la clínica donde se encargaron de todos los trámites.

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