La Real Academia Sueca de las Ciencias reconoció a Charles K. Kao, británico-estadounidense de origen chino, por sus logros sobre la trasmisión de la luz en fibras para la comunicación óptica, y a los estadounidenses Willard S. Boyle y Georges E. Smith, por inventar un circuito semiconductor de imágenes, el sensor CCD.
Kao se lleva la mitad de los 10 millones de coronas suecas (980.000 euros, 1,4 millones de dólares), mientras que Boyle y Smith se reparten el resto de la cantidad con que está dotado el premio.
El descubrimiento de Kao allanó el camino para el desarrollo de la red de fibra óptica que hoy en día soporta casi todo el tráfico de datos, la comunicación telefónica e internet.
El CCD revolucionó la fotografía e inauguró la era de la transferencia digital de imágenes, al permitir que la luz sea capturada de forma electrónica en lugar de sobre una película.
Sus aplicaciones se extienden al campo de la medicina, facilitando los diagnósticos y la microcirugía, la astronomía y la oceoanografía, entre otras ciencias.