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La tribuna de Viva Sevilla

Retos de los talleres andaluces

José Luis Gata, responsable de Mercado Posventa de Solera, alerta sobre la necesidad de los talleres andaluces de afrontar la digitalización y electrificación

De buena salud gozan los talleres andaluces. Y es que está previsto que su facturación se incremente un 5,9 por ciento, hasta los 598 millones de euros al cierre del presente año. Es más, si analizamos el caso particular de Sevilla, los talleres de la provincia cerrarán aún mejor, con un incremento en la facturación del 7,9 por ciento para rozar los 170 millones de euros.

A pesar de estos buenos datos, los talleres han de tener amplitud de miras. En el corto plazo, es necesario que este negocio se digitalice para poder hacer frente a unos vehículos que cada vez incorporan una mayor carga tecnológica y, sobre todo, con un cliente completamente digital.

Sin embargo, nos encontramos con que en España sólo dos de cada diez talleres están digitalizados. Los negocios que necesitan este tipo de inversión son, sobre todo, pequeños. En el caso de Andalucía, suman un total de 6.676 talleres, el 80% del total de empresas de reparación y mantenimiento de la comunidad, y que por tanto corren el riesgo de quedarse fuera al no estar digitalizados. En el caso de Sevilla, la falta de digitalización afecta a un total de 1.633 negocios o lo que es lo mismo, el 25 por ciento de este tipo de negocios de toda Andalucía.

Para entender mejor el problema: sólo el 15 por ciento de las pequeñas empresas dedicadas a la posventa en España cuenta con un escaparate online, según un estudio de Red.es. Además de la digitalización, los talleres se enfrentan al reto del envejecimiento del parque. Vamos camino de que más del 40% de los vehículos en España tengan más de 15 años. Sin embargo, al contrario de lo que se pueda pensar, más edad no significa más taller, sino todo lo contrario.  

En los vehículos más antiguos, se hacen solo las reparaciones necesarias para poder seguir circulando. Si estos son los principales retos que afrontan los talleres en el corto plazo, a largo plazo el desafío no es menos mayúsculo. Y es que, con la descarbonización del parque, la cifra de negocio de los talleres menguará casi un 40% con la llegada del coche eléctrico.

¿A qué se debe? Principalmente, a que estos modelos montan hasta 25 piezas menos que uno de combustión interna, por lo que desaparecen muchos de los mantenimientos de mecánica tan habituales en el día a día de un taller.

Esta transición del diésel/gasolina al eléctrico también tendrá su impacto en la mano de obra de los talleres, pues el número de horas trabajadas en los centros de reparación se reducirá previsiblemente en un 90 por ciento, pues cambiar una batería es una tarea que apenas requiere seis horas de trabajo.

Este panorama tardará en llegar, ya que las ventas de eléctricos en España tan sólo suponen el 0,7 por ciento de los vehículos comercializados en lo que va de año y estamos lejos de tener un volumen de matriculaciones lo suficientemente alto y rápido como para pensar que la electrificación está aquí. Y no es sólo la batería o la infraestructura de recarga, es también el precio, de 25.000 euros para arriba en la mayoría de los modelos, lo que le convierte en inaccesible para la mayoría de los bolsillos.

Hasta que el volumen de ventas de vehículos eléctricos sea considerable, las administraciones deberían llevar a cabo planes de achatarramiento para poder sacar de la circulación los vehículos más antiguos y contaminantes, así como planes de estímulo a la compra de estos modelos. De lo contrario, la electrificación será caótica para todos.

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