Según el director general de Ordenación del Territorio, urbanista con amplia experiencia privada en la Costa del Sol, que ha renunciado hace poco, basta un Decreto Ley para eliminar el “Urbanismo Tercermundista en Andalucía”, tal como él lo ha calificado. Éste supone un procedimiento irregular de construcción de la ciudad, sea por el comportamiento irregular de particulares, empresas, servidores públicos o representantes electos.
En los países sin Ley o escaso control , el procedimiento está asumido por la población y por las autoridades. Se da de hecho, no de derecho. Así se construyen los slums y los asentamientos marginales cada vez más numerosos. La ocupación ilegal e indiscriminada del suelo es ocasionada por la pobreza y supera la capacidad de los gobiernos para enfrentar el problema. Más de 1.000 millones viven en villas miserias en el tercer mundo.
La afirmación del alto cargo, es una exageración adjetivada. Quizá es una forma de generalizar para obviar el rigor, tapar el desconocimiento o eludir la verdad de un proceso que condujo a la crisis sobre cuyas consecuencias y resultados se dice poco: de manera irreversible se esterilizaron millones de hectáreas por falta de control y dejación de funciones.
Dicho proceso ha estado contaminado por el irregular comportamiento de todos los factores intervinientes en la construcción de la ciudad: indiferencia ciudadana, planes que interesadamente obviaban información, funcionarios carentes de recursos para constatar in situ las propuestas del plan, políticos que lo modifican a gusto de los inversionistas, sobredimensionamiento innecesario pero lucrativo del suelo urbanizable ignorando la disponibilidad de suelo urbano no construido. Los jueces han castigado la corrupción urbanística pero las heridas en el territorio no han cicatrizado.
Desde hace diez años la Consejería de Fomento conoce los resultados de una investigación amplia y exhaustiva sobre los índices de ocupación del suelo en Andalucía. La ciudad dispersa, depredadora y despilfarradora (insostenible) había cercado a la ciudad tradicional continua y compacta (sostenible). En algunos pueblos el índice de ocupación del suelo por habitante superaba los 2.000 metros cuadrados siendo que lo recomendable para construir una ciudad sostenible es un índice menor a los 300 metros cuadrados.
Los componentes indispensables para construir ciudad son: suelo, sociedad y normas de convivencia. La Ley es necesaria pero no suficiente.
Repetir la legalización de lo ilegal es un mal ejemplo que no resuelve sino genera problemas.