Assange recordó el dicho de que "la primera víctima de una guerra es la verdad" y dijo que los ataques contra la verdad comienzan antes de una guerra, continúan durante el conflicto armado y persisten, como ha ocurrido en el caso de Irak, hasta mucho después.
Cifró en unos 109.000 los muertos, más de 66.000 de ellos civiles, a consecuencia de la invasión anglo-estadounidense de Irak y dijo que hasta ahora no se había dado cuenta de al menos 15.000 civiles muertos.
En la conferencia de prensa, celebrada en un hotel londinense, participaron también dirigentes de otras organizaciones estadounidenses y británicas como el Center for Investigative Journalism, Public Interest Lawyers o la ONG Iraq Body Count.
El representante de Iraq Body Count agradeció la labor de los medios de comunicación, sin los cuales, dijo, no se sabría nada de lo ocurrido en Irak.
Explicó que el Ejército estadounidense había llevado secretamente un detallado registro de las muertes causadas por sus soldados o de las que éstos habían sido testigos.
"Es un error que no tiene justificación mantener esos datos en secreto", como ha hecho Washington, dijo el directivo de esa ONG británica.
Los 15.000 civiles muertos de los que no se había tenido hasta ahora noticia equivalen a cinco veces las víctimas del ataque terrorista del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York, añadió.
Por primera vez se conocen además los nombres de muchas de esas víctimas y "cada uno de ellos cuenta una historia de sufrimiento humano y de muerte", dijo el representante de Iraq Body Count, según el cual "no podrá cerrarse el capítulo de ninguna guerra hasta que se reconozca hasta la última víctima" y las "circunstancias de su muerte".
"Pedimos por ello a todos y también al Gobierno estadounidense que apoyen nuestro trabajo", agregó tras señalar que un 80 por ciento de los muertos en Irak desde 2003 eran civiles.
Durante la conferencia se anunció también la próxima publicación de 15.000 nuevos documentos secretos sobre las acciones del Ejército estadounidense en la guerra de Afganistán, conflicto sobre el cual Wikileaks filtró ya hace unos meses 92.000 documentos a dos diarios, el New York Times y The Guardian, y al semanario alemán Der Spiegel.