Con la boca ensangrentada, Berlusconi fue sacado inmediatamente en un coche oficial del lugar en el que se celebró un mitin de su partido y fue trasladado al hospital San Raffaele de la capital lombarda.
Según un primer diagnóstico de los médicos que le atienden, el primer ministro sufrió una pérdida copiosa de sangre y una lesión lacero-contusa interna y externa en la boca, así como daños en los dientes, y en todo momento estuvo consciente.
Berlusconi fue sometido a un tac como medida de precaución y por decisión médica será mantenido bajo observación durante las próximas horas.
El incidente ocurrió después de que Berlusconi bajó del estrado donde había pronunciado un discurso y se dirigió a saludar a los asistentes al acto antes de subir al coche oficial, momento en el que un hombre aprovechó para agredirle.
El agresor fue detenido por la Policía y Berlusconi, antes de entrar en el coche, se mostró a sus seguidores para asegurarles que estaba bien.
Todo esto se produjo después de que durante su discurso en el acto de su partido, el gobernante Pueblo de la Libertad (PDL), televisado en directo, el político fuera interrumpido por las protestas de un grupo de personas que le profirió gritos de “payaso” y “dimisión”, lo que hizo que Berlusconi elevara su tono y les gritara, hasta en tres ocasiones, “vergüenza”.
“Veis aquí: hay chicos que protestan. Veis por qué estamos aquí y estamos en la calle, porque nosotros estas cosas no las haremos nunca con vosotros. Porque nosotros somos gente libre, tenemos un espíritu liberal”, afirmó el primer ministro.
“Nosotros os dejaremos expresar vuestras cosas en un diálogo entre nosotros. Por esto nos debemos diferenciar de vosotros, porque vosotros querríais transformar Italia en una plaza chillona, que insulta, que condena. Vergüenza, vergüenza, vergüenza”, añadió.
En un acto en el que Berlusconi volvió a sacarse del bolsillo varias de sus habituales bromas y arremeter contra la “izquierda marxista” italiana y los jueces, el primer ministro reivindicó los éxitos de su Ejecutivo en la lucha contra la mafia.
El político y empresario insistió además en las acusaciones de politización que viene lanzando con mayor frecuencia en los últimos días contra los jueces de Italia.