Como buen productor, Carlos Regidor, fallecido hace unos días, era el hombre a la sombra. Discreto y prudente, sabía mucho más de lo que decía. Le antecedía su profesionalidad y carácter afable, recordados años después por quienes tuvieron la suerte de trabajar con él, como José López Rodero, un nombre imprescindible en el cine norteamericano rodado en España y amigo de Stanley Kubrick, que preguntaba por él en cuanto tenía ocasión pese a los más de 20 años transcurridos desde el rodaje de “Flamenco”, de Carlos Saura, donde coincidió con Regidor. Precisamente, fue el productor de esta película, Juan Lebrón, quien tuvo el amargo trance de difundir por Twitter el fallecimiento de quien definía como “mi hermano pequeño”. Tras estudiar periodismo, Carlos Regidor se inició en el cine de la mano de este productor y participó en las películas, como la citada “Flamenco”, que en la década de los 90 difundieron la cultura andaluza por medio mundo. De hecho, fue testigo excepcional y acudió a más de un país, como la fría Islandia, para acompañar a Carlos Saura, que le recordaba con cariño.
Tras esta intensa etapa junto a Juan Lebrón ingresó en el departamento de producción de Canal Sur Televisión en 1998, coincidiendo con el inicio del entonces denominado Canal 2 Andalucía, en cuya parrilla se incluyó el programa “Con el cine en los talones”; al tratarse de un programa en el que se acudiría a rodajes y se entrevistarían a directores, actores y profesionales, nadie más indicado que un hombre de cine como él, con tan buena agenda de contactos. A este programa le siguieron otros de contenido informativo y diversos cometidos que llevaba a cabo con su habitual profesionalidad y buen carácter, como la dirección de producción de Canal Sur Radio.
Los documentales “A la diestra del cielo: Silvio, un cantaor rockero” y “Operación Flecha Rota”, sobre el accidente nuclear de Palomares (Almería), entre otros títulos, pasaron por sus manos como productor delegado. Su interés por este género se puso de manifiesto cuando aportó su bagaje como productor para unirse a José Javier Pérez y su compañero, así como amigo personal, Michael M. Valiente en la realización de “Alma”, la historia del joven deportista Mikel Trueba, enfermo de ELA. La entrega de estos tres profesionales, junto a la periodista Toñi Murillo, dio sus frutos y esta modesta producción logró figurar entre las candidatas al Goya al mejor corto documental, tal vez una de las grandes satisfacciones personales y profesionales de Carlos Regidor. No fue la única ocasión en la que un trabajo contaba con su participación y posteriormente era nominado al Goya; así ocurrió con el cortometraje de animación “Manipai”, con el que se volcó para ayudar a sus compañeros de Canal Sur, Jorge Dayas y Lidia Paniego. Hubo una tercera conexión con estos premios cuando acudió, como integrante de un equipo de la televisión autonómica, para cubrir el primer gran éxito del cine andaluz en los Goya, “Solas”.
No deja de ser casual que estos premios que tantas satisfacciones le dieron se convirtieran casi en su despedida cuando, la noche de la ceremonia en Málaga, su estado de salud se complicara seriamente mientras veía la retransmisión en su casa.
Carlos Regidor se entregó de forma tan generosa a lo largo de su vida que tanto se madre, Josefina, a la que llaman cariñosamente “Fifi”, como sus hermanos Cristina, Mabel y Fernando, su esposa Patricia y sus hijos Carlos (estudiante de ingeniería) y Alfonso (decidido a continuar el vínculo de su padre con el cine a través de la animación, para lo que se está formando en Londres) no han parado de recibir el cariño de los numerosos amigos y compañeros que aprecian, quieren y no olvidan a Carlos.