García Antón murió a la edad de 61 años por causas que aún no han sido confirmadas oficialmente, y sus restos mortales se encuentran ya en el tanatorio Cristo de la Paz de la citada localidad, donde quedó instalada la capilla ardiente.
Ayer visitó el municipio alicantino de Aspe para comprobar las obras del post-trasvase Júcar-Vinalopó.
El Gobierno valenciano ha lamentado el repentino fallecimiento del conseller y ha trasladado a la familia “su más sentido pésame y su profundo dolor en nombre de todos los miembros del Consell y de todos los valencianos por esta sentida pérdida”.
La Generalitat ha destacado su “inestimable dedicación y contribución” a “la riqueza de la prosperidad de la Comunitat Valenciana desde todos los ámbitos donde ha ejercido su responsabilidad”.
Asimismo, subrayó “la gran defensa que el conseller de Medio Ambiente ha realizado por la llegada de agua de calidad a nuestra Comunitat”.