Benjamin Black conquistó un nutrido grupo de lectores en español con sus dos primeras entregas, El secreto de Christine (2007) y El otro nombre de Laura (2008), un éxito que Banville atribuye en una entrevista con Efe a ciertas similitudes entre España e Irlanda.
“Creo que España, igual que Irlanda, está empapada por el sentimiento católico de culpa, tiene una actitud ambivalente hacia la violencia y ha estado dominada durante generaciones por hombres duros, elementos que a Benjamin Black le encanta explotar”, explica el autor.
Y todos estos ingredientes están presentes de nuevo en El lémur (Alfaguara), que mezcla el asesinato, el adulterio, el chantaje y la traición, en una trama que sigue el estilo más clásico del género negro.
Como en sus novelas anteriores, Black construye su historia alrededor de los secretos inconfesables de sus personajes.
“Todos tenemos algo que ocultar, no sólo a los demás, sino también a nosotros mismos”, reflexiona.
El autor ha dado descanso a Quirke, el patólogo que protagonizó las dos primeras entregas de Black y al que ha cambiado en El lémur por John Glass, un periodista irlandés cuya brillante carrera profesional ha entrado en franco decliv.